■ Rompió el orden constitucional al violar el fuero de legisladores en la Torre del Caballito

Senadores de PRD y PT exigen que renuncie el titular de Seguridad Pública

■ Formularán extrañamiento al panista Gustavo Madero por permitir excesos de agentes policiacos

Andrea Becerril

La renuncia inmediata del titular de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), Genaro García Luna, por romper el orden constitucional al violar el fuero de legisladores a quienes por instrucciones suyas se reprimió un día antes, exigieron ayer senadores del PRD y del PT, quienes además anunciaron que formularán un extrañamiento al panista Gustavo Madero por haber permitido excesos de la fuerza pública en el recinto senatorial alterno.

Los perredistas Yeidckol Polevnsky, Ricardo Monreal y Salomón Jara, así como la senadora del PT Rosario Ibarra, ofrecieron ayer una conferencia de prensa para denunciar la actuación ilegal de García Luna un día antes, “cuando mantuvo bajo estado de sitio” el edificio de la Torre del Caballito –donde sesionó la cámara alta– e impidió el acceso al salón de sesiones a quienes habían expresado su oposición a la reforma petrolera.

“Los policías traían nuestras fotos”, detalló Ibarra, mientras Polevnsky dijo que hasta al baño la seguían elementos vestidos de civil que García Luna llevó al edificio ubicado en Reforma y Guerrero, y que las mantuvieron prácticamente secuestradas más de una hora.

Monreal recalcó que la Ley Orgánica del Congreso autoriza al presidente de la mesa directiva del Senado a solicitar el auxilio de la fuerza pública, pero “para salvaguardar el fuero constitucional de los legisladores y la inviolabilidad del recinto”, no para agredirlos.

En ese sentido, Ibarra y Polevnsky relataron cómo los agentes de la Policía Federal Preventiva (PFP), que coparon la entrada del salón de sesiones, las obligaron a permanecer fuera del recinto, mientras los uniformados y otros elementos vestidos de civil golpeaban a los diputados federales que querían entrar a la sesión.

Polevnsky rechazó las versiones de algunos medios de comunicación, de que metió a la Torre del Caballito a los diputados perredistas que luego fueron pateados por policías. Explicó que llegó muy temprano al edificio, ya que ahí se reunió la mesa directiva del Senado, de la que forma parte.

Cuando Madero y los demás integrantes del organismo la vieron entrar, detalló, “se pusieron muy nerviosos”. Después fue al baño y se encontró con un despliegue de seguridad que la hizo preguntarse “¿a quién siguen?” Más tarde, cuando bajó de su oficina al quinto piso, donde se llevó a cabo la sesión, había cuatro hileras de uniformados junto a los elevadores, que impedían a los diputados del PRD y a un grupo de reporteros y camarógrafos ingresar al salón. Tampoco a ella le permitieron entrar, y le ofrecieron que subiera al sexto piso y bajara por la escalera para ingresar por la parte de atrás.

“Soy senadora, no entro por la puerta de atrás. Eso lo hace Felipe Calderón, les respondí.” Mientras tanto, agrega, llegaban más policías, “quienes tampoco dejaron pasar a doña Rosario Ibarra”. Ambas fueron replegadas hacia la pared de cristal, dijo la senadora del PT, “ya que seguían los forcejeos y jaloneos entre agentes de la PFP y diputados”.

Dos policías, añade Ibarra, las protegieron un poco. “Estaba detrás de una maceta, en el rincón, y como ven ustedes, con mi tamaño y la fragilidad de mi osamenta, debido a los 81 años que tengo, me hubieran aplastado junto con Yeidckol.”

“Qué vergüenza que García Luna anduviera ahí, como dueño del Senado, dando órdenes, con la foto de nosotros, para que no nos dejaran ingresar a la sesión.”

Monreal recalcó que prácticamente mantuvieron secuestradas a Polevnsky e Ibarra, y por horas a los diputados. Preguntó qué peligro representaban ellas o los otros cuatro senadores que votaron contra la reforma para que Madero ordenara el ingreso de cientos de policías federales al recinto habilitado como salón de sesiones.

Todos lamentaron la complacencia de la mayoría de los legisladores, quienes avalaron esas arbitrariedades y la golpiza a diputados del PRD. Ibarra resaltó: “al descendiente de Francisco I. Madero debería bailarle una gotita de sangre” del ex presidente y no ordenar que la fuerza pública se apersone en una de las cámaras del Congreso para “asegurar que se apruebe una reforma”.

No me constan las agresiones: Moreno

En entrevista aparte, la senadora del PRI María de los Ángeles Moreno dijo que el presidente del Senado, Gustavo Madero, pidió el ingreso de la fuerza pública porque desde fuera “estaban presionando las dos puertas de cristal. Tenían en sus manos un extinguidor y estaban empujando, por lo que era posible que rompieran el vidrio”.

“Pedir el respaldo de la policía ocurre pocas veces. Tampoco es frecuente que se tome la tribuna”, agregó. Moreno añadió que, por lo que le consta, los policías federales “invitaron” a los diputados “a que pasaran a la parte de afuera y dejaran de presionar las puertas”.

No le consta que golpearan a legisladores y se impidiera a senadores entrar al recinto. “Probablemente, cuando hay algún forcejeo de alguien que quiere meterse a la fuerza y alguien que no quiere que se meta, ocurren incidentes, pero no creo que sean intencionales.”

A su juicio, la actuación de García Luna fue correcta. “El secretario de Seguridad Pública estuvo dirigiendo personalmente la acción, pero no vi que estuviera incidiendo en el salón donde sesionamos ni que impidiera tomar la palabra u obstaculizar el desarrollo de la sesión ni faltara al respeto a nadie.”