Usted está aquí: viernes 24 de octubre de 2008 Cultura Irrumpe la crítica política en el festival Cervantino ante la aclamación popular

Cultura y arte a raudales

■ Guillermo Velázquez y Los Leones de la Sierra de Xichú se presentaron en la Alhóndiga

Irrumpe la crítica política en el festival Cervantino ante la aclamación popular

■ ¿Por qué cercos policiales y detectores de metales?, queja por el acoso de las fuerzas de seguridad en el encuentro artístico y cultural

■ El roquero Jaime López acompañó al trovador

Merry MacMasters (Enviada)

Guanajuato, Gto., 23 de octubre. En la Alhóndiga se escuchó la queja: “¿Por qué cercos policiales, detectores de metales y triques que antes no había? Muerte y violencia sombría, aquí no tienen lugar. Quiero llenarme, gozar y seguir siendo de fijo, espacio de regocijo y de fiesta popular”.

Estos versos “nuevos” de Guillermo Velázquez y los Leones de la Sierra de Xichú fueron estrenados la noche del miércoles durante la tradicional, y muy esperada, presentación de estos huapangueros de la sierra Gorda de Guanajuato en la explanada de la Alhóndiga de Granaditas, en la versión 36 del Festival Internacional Cervantino (FIC), en que los espectadores son revisados para ingresar a ese escenario al aire libre.

Fiel a su costumbre, el programa estuvo salpicado de crítica política y social para deleite de los presentes. En esta ocasión, Velázquez tuvo como invitados a los roqueros Jaime López y Guillermo Briseño, llegados desde “el wild west, o sea, el deefe”, para el proyecto Del rock a la palabra y de la palabra al son. También bailó don Chabelo Ocampo.

Después de presentarse, “el huapango no es mi único credo, soy crucero de tiempos y herencias”, Velázquez rindió homenaje al movimiento estudiantil del 68, con proyecciones de material filmado: “No hablo de venganza, memoria les pido”.

En su rencuentro con el público, también pidió que “nos libremos de ataduras, deshagamos nudos y digamos con regocijo que se alegre el corazón”. Porque “no nos juntamos aquí por lo que nos indigesta”, sino “a hacer fiesta en familia y en montón, porque la imaginación da para esto”.

Que está devaluado el peso, que hubo más ejecuciones, “que los zetas son cabrones y en Morelia estuvo grueso, sacudamos todo eso”, porque “angustia y desilusión aquí no tienen cabida. Nuestra apuesta es por la vida. Invito a la claridad entre tanta confusión”.

No a la privatización de Pemex

A lo largo del concierto, Velázquez y sus leones abordaron temas como la migración al norte, el combate al narcotráfico, el movimiento magisterial y la privatización del petróleo. También interpretó su narcocorrido El capo de capos.

De todos es sabido que Velázquez abreva en las noticias de los periódicos, la radio y la televisión. En esta ocasión, sin embargo, ofreció proyecciones de estas mismas noticias, como imágenes del Congreso y fragmentos selectos de los discursos de los políticos en turno, entre otros.

Cuando Felipe Calderón dice “deberíamos sentar en el banquillo a los delincuentes”, el huapanguero preguntó “hasta cuándo buscarán a Fox, Marta y sus hijos”. Hubo gritos de “espurio” al ver la imagen de Calderón. Acotó: “si el narco ya huele a cuerno”, “la culpa está en el mal gobierno que no cumple su papel. Dejó crecer ese infierno y ahora no puede con él”.

Tras proyectar el promocional del “tesoro escondido”, Velázquez apuntó que el tema de la reforma energética no podría quedar fuera de su interés. Enseguida, invitó al público a hacer “eco de mi pie forzado: No a la privatización, no a la privatización”.

El concierto de dos horas dio fe del crecimiento artístico de Velázquez. Presentó, inclusive, un sketch con su esposa, la cantante y bailadora María Isabel Flores, sobre “las bromas de un bracero que llega y se reconcilia”, claro, después de sacar un fajo de billetes verdes.

Las intervenciones de Jaime López y Guillermo Briseño fueron de lo más afortunado. Ambos tocaron el piano, López también la armónica, cantaron tanto lo suyo como al estilo del son arribeño.

Imprescindibles resultaron las tradicionales “calaveras” en vista de que no se acaban “tantos hojaldras”. La de “la maestra” salió primero: “Platican los que han tratado a esta vieja tan fea y rara, que Elba Esther tiene la cara de pizarrón mal borrado, y su Panal regenteado por Kawaghi que es un pillo. Merece Elba Esther Gordillo, lacra de la educación, una beca en el panteón y un cohete por el… servicio tan grande que le ha prestado a Calderón”.

La de Felipe: “Calderón tuerza las jetas, pero si muere mañana la familia michoacana regalará las losetas para que en cuatro gavetas lo encierren en el panteón y rezará la inscripción: Jelipe no fue realmente legítimo presidente, fue espurio vacilón”.

De López Obrador: “Le dijo la muerte al Peje, vamos a ver cómo escarchas, y a mí no me andes con marchas ni nada que se asemeje. Luego que te desoreje habrás de ser condenado al infierno consensado de la privatización y hervido en un calderón de cobre legitimado”.

El concierto cerró con el abrazo entre el huapango y el rock.

 
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