■ Primero fue condenado a muerte; su sentencia quedó en 20 años de prisión
Exigen al presidente afgano liberar a periodista acusado de “blasfemia”
■ Organismos de derechos humanos refieren que su juicio estuvo plagado de distorsiones ideológicas
Washington, 23 de octubre. Organismos de derechos humanos exigen al presidente de Afganistán, Hamid Karzai, que libere al periodista Perwiz Kambakhsh, de 24 años, condenado a 20 de prisión por “blasfemia”.
“No existe fundamento legal, ni para la acusación ni para la condena”, afirmó el director de la oficina en Asia Pacífico de la organización de derechos humanos Amnistía Internacional, Sam Zarifi.
“Aunque el hecho de que ya no esté condenado a muerte es un avance, debe ser liberado inmediatamente”, agregó.
Kambakhsh es estudiante de periodismo en la Universidad Balkh y reportero del diario Jahan-e-Naw (Nuevo Mundo). Fue arrestado el 27 de octubre de 2007 y acusado de “blasfemia y distribución de textos que difaman al Islam”.
Autoridades afganas sostienen que el periodista descargó material de Internet referido al papel de las mujeres en las sociedades musulmanas y que lo distribuyó en la universidad. Kambakhsh lo niega, y dice que confesó bajo tortura.
El 20 de enero fue condenado a muerte, en un juicio a puertas cerradas y sin contar con la asistencia de un abogado. La sentencia fue luego conmutada por un tribunal de apelaciones, pero el joven aún debe pasar 20 años en prisión por un supuesto delito que, según el artículo 347 del Código Penal afgano, tiene un castigo máximo de cinco años de cárcel.
El abogado de Kambakhsh, Mohammad Afzal Nooristani, dijo al no gubernamental Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés), con sede en Nueva York, que un compañero de estudios de su cliente fue amenazado por miembros del servicio de seguridad afgano con el arresto de su familia si no acusaba de “blasfemia” al periodista.
“Esa persona fue el testigo de la acusación. No hubo otro que diera testimonio”, dijo Nooristani, según el CPJ.
Yaqub Ibrahimi, el hermano de Kambakhsh, dijo al CPJ el martes que sólo pudo hablar con él unos pocos segundos, luego de la sentencia.
“Estaba realmente conmocionado. Esperaba su liberación, pero ha sido un fallo muy duro contra él”, agregó.
“La justicia afgana ha sido impotente una vez más para resguardar la ley y garantizar la libertad de expresión”, señaló en un comunicado la organización Reporteros Sin Fronteras (RSF).
“El tribunal de apelaciones eliminó la posibilidad de que sea ejecutado, pero con la condena a prisión expuso el grado al que algunos magistrados se inclinan ante la presión de los fundamentalistas”, agregó.
“Aunque en la instancia de apelación se permitió a Kambakhsh tener un abogado defensor, todo el proceso estuvo plagado de distorsiones ideológicas, ausencia de evidencias y demoras incomprensibles”, señaló la declaración de RSF.
Activistas señalan que el gobierno afgano y los “señores de la guerra” que hacen valer su voluntad en ese país no son notorios por ejecutar a periodistas, pero sí tienen como práctica habitual acosarlos, detenerlos, amenazarlos y cometer abusos en su contra.
En un año, crecieron las intimidaciones 130 por ciento
Afganistán está considerado un lugar de riesgo para los reporteros, quienes están en peligro de ser acosados por las autoridades, las fuerzas de invasión de Estados Unidos y la resurgente milicia islamista talibán.
El 21 de septiembre, el periodista afgano Jawed Ahmad fue liberado tras un año de prisión en la base aérea estadunidense de Bagram, donde estuvo detenido como “combatiente enemigo”.
Nunca fue acusado de delito alguno, y los militares jamás explicaron las razones de su detención. Ahmad trabajaba bajo contrato como productor con la cadena televisiva canadiense CTV.
Ahmad dijo que ignora por qué fue liberado y las razones por las que fue detenido.
Según el coordinador del programa de Asia del CPJ, Bob Dietz, durante su período de detención, a Ahmad lo golpeaban con frecuencia, le quebraron dos costillas y lo privaban del sueño.
El gobierno de Karzai no muestra mucha simpatía hacia la libertad de expresión, según el no gubernamental afgano Centro Nai para la Apertura de los Medios. Las autoridades son responsables de al menos 23 de 45 casos de intimidación, arresto o violencia contra periodistas entre mayo de 2007 y el mismo mes de este año.
Esto representa un aumento de 130 por ciento respecto del mismo periodo del año anterior, señaló el Centro Nai, según el CPJ.
Kambakhsh declaró que la decisión del tribunal de apelaciones es “una injusticia”. Su abogado señaló que apelará ante la Corte Suprema.