■ Irán se opone a las órdenes de captura dictadas en el país sudamericano por el caso AMIA
Argentina, agraviada por el rechazo uruguayo a la candidatura de Néstor Kirchner en la Unasur
Buenos Aires, 23 de octubre. El gobierno de Argentina consideró hoy un “agravio” para este país y para los de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) que apoyaron la candidatura del ex presidente Néstor Kirchner para la secretaría Ejecutiva de ese organismo, la decisión del gobierno de Uruguay de votar contra esa propuesta.
Fuentes cercanas a la cancillería manifestaron el malestar en el gobierno argentino, al recordar que Kirchner es el único postulante para ese cargo.
Dirigentes de partidos opositores uruguayos fueron informados por el presidente Tabaré Vázquez sobre esta decisión y apoyaron la medida entendiendo que el ex presidente había tolerado los bloqueos del puente internacional que une ambos países a través del río Uruguay, donde permanecen desde hace tres años ambientalistas locales. Éstos protestan por la instalación de una papelera finlandesa (Botnia) en la costa uruguaya, afectando a ciudades de Entre Ríos.
También se dijo que el canciller uruguayo Gonzalo Fernández informó esta decisión a la actual secretaria general pro témpore de Unasur, la presidenta chilena, Michelle Bachelet.
La candidatura de Kirchner fue propuesta por el presidente de Ecuador, Rafael Correa. La Secretaría General de Unasur tendrá sede permanente en Quito y el Parlamento de ese organismo en Cochabamba, Bolivia.
En tanto, otro problema de política exterior está tomando vuelo en estos momentos, cuando la presidenta firmó importantes acuerdos de cooperación con el rey de Jordania, Abdullah II, a quien recibió ayer aquí, junto a su esposa Ranya, en su primera visita a la región. Jordania está interesada en comprar reactores nucleares argentinos, además de buscar capacitación de técnicos locales, aclarando que ese conocimiento será utilizado exclusivamente para fines pacíficos.
Esto sucedía en momentos en que el gobierno de Irán respondió por primera vez rechazando judicialmente la orden de captura dictada por un juez argentino para detener a ciudadanos y ex funcionarios de ese país, acusados –sin pruebas fehacientes– del atentado contra la mutual judía AMIA, en julio de 1994, que dejó más de 80 muertos.
Era previsible esta respuesta porque en otras instancias internacionales, incluyendo la justicia de Gran Bretaña, se han rechazado anteriormente estas solicitudes por falta de pruebas. Además, Irán impugnó la investigación del ex juez federal Juan José Galeano y del fiscal Alberto Nisman separados por graves irregularidades en la causa que obligaron a cerrar el juicio. No se entiende cómo fue reflotado ese expediente con los mismos argumentos y el propio fiscal impulsó nuevamente el pedido de captura de funcionarios iraníes.
La acusación contra estos y la organización libanesa Hezbollah surge de hipótesis trazadas por la Agencia Central de Inteligencia (CIA) estadunidense y el Mossad israelí, países que buscan argumentos para invadir a Irán.
También ambos servicios de inteligencia proveyeron al testigo supuestamente arrepentido –en realidad opositor del gobierno iraní y ligado a la CIA– quien dijo, sin presentar pruebas, que este atentado se habría planeado durante una de las tantas reuniones del Comité de Asuntos Especiales del gobierno iraní en de 1993. La respuesta demolió las versiones de varios testigos y se recordó que el juez Galeano pagó –como se comprobó en la causa– 400 mil dólares a un delincuente común (Carlos Telleldín) para que acusara a policías locales y a funcionarios iraníes.
La respuesta señala también que “los indicios que figuran en los exhortos fueron interpretados de manera arbitraria”, a lo que se agregan las ambigüedades “detectadas por este tribunal que nunca fueron aclaradas” concluyendo que “las hipótesis formuladas por el fiscal y el juez argentinos desde ningún punto de vista permiten arribar a las conclusiones que se formulan y no hay prueba alguna contra los acusados”.
Sin embargo, hoy el juez Rodolfo Canicoba Corral llamó “libelo “a la respuesta judicial iraní y a pedido del fiscal Nisman dispuso el embargo de bienes por un millón de dólares contra altos funcionarios de Irán encabezados por Ali Akbar Rafsanjani, presidente de ese país al momento del atentado y también sobre las cuentas bancarias de Hezbollah. Es una medida impracticable pero sin duda subirá la tensión entre ambos países.
Por su parte, el embajador de Estados Unidos aquí, Earl Wayne, reiteró hoy su apoyo “al pedido vía Interpol para traer ante la justicia local” a los iraníes “sospechados” por el atentado y dijo que la presidenta argentina se había comprometido a dar amplias garantías a los acusados a quienes se “les brindará un juicio justo”. Para algunos analistas esto no hace sino echar más leña al fuego.