■ Moscú avanza en su tarea de restablecer el “equilibrio estratégico”
Listo el nuevo misil balístico ruso RS-24, la respuesta al escudo de EU
■ Confirma progresos en el RS-12M2 de emplazamiento fijo y móvil
Moscú, 22 de octubre. Mientras en Washington se produce el relevo en la Casa Blanca, con cuyo nuevo inquilino deberá negociar el titular del Kremlin los temas espinosos de la agenda bilateral que deja como herencia la Administración de George W. Bush, Rusia no pierde el tiempo y continúa dando prioridad a modernizar su arsenal nuclear.
Desde que Estados Unidos hizo pública su intención de instalar en Europa parte de su escudo antimisiles –una estación de radares en la República Checa y diez interceptores en Polonia–, Rusia prepara una “respuesta asimétrica” y pone especial énfasis en desarrollar armamento capaz de neutralizar esos componentes que, a su juicio, representan una amenaza para su seguridad nacional.
En junio del año pasado, el entonces presidente y actual primer ministro, Vladimir Putin, reveló que el nuevo misil balístico intercontinental RS-24 con ojivas múltiples de guiado autónomo permitirá a Rusia restablecer el “equilibrio estratégico”.
Tras años de investigación fabricación experimental y meses de exitosos ensayos, los primeros RS-24 están a punto de incorporarse al arsenal nuclear de Rusia como armamento regular.
Así lo dio a conocer este miércoles el general Nikolai Solovtsov, comandante en jefe de las Fuerzas Estratégicas de Rusia, quien a la vez confirmó que se encuentra en fase avanzada de pruebas el RS-12M2 de emplazamiento fijo y móvil, el sofisticado misil balístico intercontinental de quinta generación del sistema Topol-M.
Con estos dos nuevos misiles, “las Fuerzas Estratégicas estarán en mejores condiciones de contener cualquier agresión de envergadura contra Rusia y sus aliados, por cuanto pueden eludir sin ningún problema la defensa antiaérea del (hipotético) agresor y aumentan el poderío de disuasión nuclear de este país”, dijo Solovtsov.
A partir del año próximo, el misil RS-24 –en tanto no comience la fabricación en serie de los RS-12M2– “será el elemento clave de las unidades ofensivas de las fuerzas estratégicas”, indicó su comandante en jefe.
Pero hasta que concluya la renovación paulatina de su arsenal estratégico, Rusia seguirá contando también con los misiles balísticos intercontinentales RS-18, de fabricación todavía soviética, los cuales son sometidos a un programa para prolongar su periodo de explotación, inicialmente de apenas 10 años.
Ya se había logrado, en octubre de 2007, aumentar a 27 años la posibilidad de utilizar este tipo de cohetes y hoy, mediante un exitoso lanzamiento de un misil con 31 años de antigüedad, se logró extender en cuatro años más el plazo máximo de servicio de los RS-18, lo cual se traducirá en un ahorro sustantivo en el gasto militar de Rusia.