■ Analistas ven similitud con el crack de 1929 y la Gran Depresión
Extrema concentración de la riqueza, causa de la crisis financiera global
Montreal, 22 de octubre. La extrema concentración de la riqueza puede ser la causa de la actual crisis financiera y económica global, consideraron hoy analistas que destacaron paralelismos con el crack de 1929 y la Gran Depresión.
En un análisis para el diario Star de Toronto, la analista canadiense Linda McQuaig destaca que una concentración extrema de riqueza similar a la actual tuvo lugar en la década de 1920, lo que contribuyó a la crisis económica mundial.
El economista canadiense John Kenneth Galbraith en su libro The Great Crash 1929 afirma que uno de los factores que condujeron al desastre fue “una mala distribución del ingreso” en que el 5.0 por ciento de la población recibía 33 por ciento del ingreso total.
Para al economista James Livingston de la Universidad Rutgers en 1920 hubo “una masiva transferencia” en los ingresos, de los salarios hacia las ganancias de las corporaciones, alimentando la especulación financiera.
Una transferencia similar comenzó a manifestarse desde la década de 1980, según Livingston, y se agravó cuando el presidente estadunidense George W. Bush redujo los impuestos a los ricos y creó una nueva ola de exceso de capital que al no tener donde ir alimentó en Estados Unidos la burbuja inmobiliaria.
Para McQuaig la “extrema desigualdad conduce a la especulación financiera”. En Canadá la pobreza y la desigualdad están aumentando desde 1995 y es más alta que el promedio de las naciones industrializadas, según un estudio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
Entre 1995 y 2005 la brecha de ingreso entre ricos y pobres aumentó en Canadá a un ritmo “más dramático” –según la OCDE– que en la mayoría de los países industrializados.
Para la economista Armine Yalnizyan del Centro canadiense de Políticas Alternativas, esta información de la OCDE “es un repudio a la teoría del goteo”, según la cual los beneficios de los ricos se desbordan y llegan al resto de la sociedad a través del gasto e inversiones.