■ Propone FMI medidas que compensen la carestía de alimentos
AL debe evitar que 26 millones de personas caigan en la miseria
■ Supera 1.6 veces los pronósticos de la Cepal en mayo pasado
El Fondo Monetario Internacional (FMI) advirtió este miércoles que los gobiernos de América Latina deben poner en práctica medidas compensatorias para evitar que 26 millones de personas en la región caigan en la indigencia por el alza de los últimos dos años en el precio de los alimentos.
La nueva estimación sobre el número de latinoamericanos que pueden caer en la pobreza por el alza de los alimentos es 1.6 veces superior a la de 10 millones estimada por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) en mayo pasado.
“Las estimaciones sugieren que si no se toman medidas compensatorias más de 26 millones de personas podrían caer en la indigencia si los precios de los alimentos se mantienen elevados”, consideró el FMI en el reporte Perspectivas económicas: las Américas lidian con la crisis financiera mundial, publicado este miércoles.
El organismo aseguró que Latinoamérica se ha mostrado más vulnerable a la crisis en Estados Unidos que los países de Europa y Japón. En particular, México ha sido una de las economías que con mayor fuerza resiente la desaceleración, que puede convertirse en recesión, en Estados Unidos.
“Los países de América Central y el Caribe, que importan grandes cantidades de alimentos, correrían el mayor riesgo de que se agudice la pobreza”, añadió.
La economía mundial, añadió el organismo, continúa golpeada por los “efectos drásticos y crecientes” de la crisis financiera y la volatilidad de los precios internacionales de las materias primas. “En estas circunstancias, las perspectivas son de una aguda desaceleración de la economía mundial, en la que el ritmo de crecimiento disminuirá al nivel más bajo desde la recesión de 2001 a 2002”, agregó.
En tanto Estados Unidos será uno de los primeros países avanzados que entrará en recesión, naciones dependientes, como es el caso de México, que realiza 85 por ciento de su comercio exterior con ese país, serán de los más afectados por la caída en la actividad en la principal economía del mundo, consideró el FMI.
“Brasil, Chile, Perú y, en menor medida, Colombia, venden una gran porción de sus exportaciones a Europa y Asia, mientras que sus exportaciones a Estados Unidos representan una parte relativamente menor de su producto interno bruto. Por supuesto, México se ve mucho más afectado por lo que ocurre en Estados Unidos debido a los estrechos vínculos comerciales y financieros entre los dos paíse”, apuntó.
Para América Latina y el Caribe, comentó, la actual turbulencia mundial aparece enmarcada dentro de una confluencia de choques negativos: la paralización del mercado de crédito mundial, el debilitamiento de la demanda externa y el descenso de los precios de las materias primas. Estos shocks pueden dar lugar a repercusiones adversas importantes, en círculos viciosos que afectarían sobre todo a las condiciones financieras.
“Sobre la región aún pesan muchos riesgos adversos”, puntualizó. El principal se origina en las perspectivas de los precios internacionales de las materias primas. Si bien permanecen en niveles elevados, los precios podrían descender aún más como ha sido la experiencia en previas desaceleraciones mundiales.
Por otro lado, añadió, una reducción de los precios de los alimentos y los combustibles brindaría un alivio a algunos países, en particular a los de bajo ingreso de América Central y a muchos del Caribe que importan materias primas.
Pero para la región en general, en los años recientes, el nivel elevado de los precios de las materias primas ha sido fundamental para impulsar el crecimiento y afianzar tanto la posición fiscal como externa. Un brusco descenso adicional incidiría de manera muy negativa en las posiciones fiscal y externa de la región.