■ Las demandas de incremento podrían poner en riesgo las fuentes de empleo, advierte
Ante la crisis, Lozano Alarcón pide a los trabajadores más contención salarial
■ “No retemos a la inflación con aumentos artificiales y no correspondidos con la productividad”
El secretario del Trabajo, Javier Lozano Alarcón, aseguró que ante la evidente fragilidad del sistema financiero, el desplome del consumo interno y la caída en la producción industrial en el ámbito internacional, “México está mucho mejor parado para enfrentar esta crisis”, pero demandó a los trabajadores “no caer en la tentación de exigir” aumentos salariales, porque podrían poner en riesgo sus fuentes de empleo.
“No retemos a la inflación con aumentos salariales artificiales y no correspondidos con la productividad –agregó–, pues lo único que provocarían es una espiral en la que el perdedor será el poder adquisitivo de los trabajadores y de sus familias”, planteó al comparecer ante la Comisión de Trabajo y Previsión Social de la Cámara de Diputados.
El funcionario pintó un escenario optimista, al señalar que el crecimiento económico de México, que se prevé sea de 1.8 por ciento del producto interno bruto (PIB) o menos para 2009, “es mejor que en Estados Unidos y tenemos la inflación más baja de Latinoamérica”.
Insistió en que el tema más preocupante para el gobierno de Felipe Calderón es la caída de las remesas, y rechazó la posibilidad de un regreso masivo de migrantes ante la crisis económica estadunidense.
Frente a esta posición de tranquilidad gubernamental, diputados de PRD, PRI y Convergencia criticaron con dureza al funcionario, al documentar que la estabilidad referida no existe; que no se sabe dónde quedó el “presidente del empleo” y que será necesario impulsar un incremento de emergencia de los salarios de los trabajadores, así como congelar los precios en los productos básicos.
El perredista José Antonio Almazán lamentó el “diálogo de sordos” que los diputados y Lozano Alarcón sostuvieron ayer, porque, en contraste con la bonanza descrita por el secretario del Trabajo, dijo que el país “se encuentra en una crisis social terrible, con más de 50 por ciento de la población en condiciones de pobreza, y entonces aquí alguien miente”.
Antes, en su discurso inicial Lozano Alarcón aceptó que difícilmente el gobierno federal podrá crear 500 mil plazas laborales, pero después argumentó que esta administración “cuenta con la bolsa de trabajo más grande de la historia del país”.
Para justificar las cortas expectativas nacionales en materia de empleo, utilizó la frase setentera con la que el desaparecido diario Novedades se promocionaba en televisión. Dijo: “Así pues, estamos en posición de ver un vaso medio lleno o el mismo vaso medio vacío. En tiempos de crisis, el crecimiento económico podrá parecer mediocre, pero finalmente es crecimiento. Los empleos creados en la economía formal podrán ser insuficientes, pero después de todo hay creación y no pérdida de empleos. La tasa de desocupación podrá parecer elevada y, sin embargo, es la más baja de la región. La inflación podrá estar en niveles preocupantes y, sin embargo, nada parecido a lo que ocurre en el resto de Latinoamérica”.
Más aún, planteó que no debe existir confusión con la tasa de desocupación reportada, porque miles de mexicanos “sobreviven en el subempleo”, y porque otros miles más, como no tienen ahorros ni un seguro de desempleo, “no pueden darse el lujo de estar un día sin trabajo”. Expuso que nadie podrá dormir tranquilo mientras los jóvenes no tengan una fuente de ocupación.
Ante ese panorama, diputados de PRI y PRD lamentaron el conformismo de Lozano Alarcón y del gobierno de Felipe Calderón. El priísta Juan Carlos Velasco solicitó al funcionario solidaridad y una política en favor de los trabajadores y sus familias, “que hoy se debaten en la más grande de las miserias”.
Asimismo, ante la persistente demanda de los legisladores para que se rescate los cuerpos de los mineros muertos en el yacimiento de Pasta de Conchos, Coahuila, el secretario del Trabajo señaló que la responsabilidad del sector es de la Secretaría de Economía y lo relativo a protección civil toca a la Secretaría de Gobernación.
Para rechazar la posibilidad de una incursión de rescate, ejemplificó el caso de la muerte de seis mineros en Utah, cuya búsqueda se suspendió después de 11 días porque tres rescatistas fallecieron al intentar llegar a los cuerpos.