■ Suelen pasear por la oficina pavoneándose e hinchando el pecho, según estudio
Los ejecutivos arrogantes imitan conductas animales: expertos
■ En la misma forma en que los monos agitan partes coloridas de sus cuerpos, a menudo combinan traje oscuro con corbatas de colores vivos, explican investigadores australianos
Ampliar la imagen Según la investigación los monos capuchinos, como el que aparece en la imagen, afirman su preponderancia en formas similares a los altos ejecutivos Foto: Ap
Sydney. ¿Conoce el lector o lectora a un jefe que se pasea pavoneándose por la oficina, hinchando el pecho en un despliegue de color, y quizá con una corbata roja? Pues, según un estudio sobre ejecutivos masculinos, se comporta como buena parte del reino animal, en particular los monos y chimpancés.
Investigadores de la Universidad de Nueva Gales del Sur, en Australia, entrevistaron a cientos de ejecutivos y empleados y concluyeron que en cada ambiente de trabajo los jefes –como animales dominantes– marcan su territorio, afirman su autoridad y exhiben su poder. En la misma forma en que los monos agitan partes coloridas de su cuerpo, o el pavorreal su plumaje, los ejecutivos masculinos a menudo combinan un traje oscuro (que denota gravedad) con una corbata rosada o de tonos vivos. En el reino animal, la intención es atraer una pareja. En la oficina, según el profesor Jeffrey Braithwaite, quien encabezó el estudio, reafirmar el lugar que se ocupa en la jeraquía.
“Desde un punto de vista evolutivo –comenta el profesor Braithwaite–, se conocen unas 200 especies que se pavonean y se golpean el pecho. El Homo sapiens evolucionó a lo largo de dos millones de años para ser tribal y jerárquico, y en realidad no es muy diferente de otras especies en el nivel evolutivo, biológico. Tal vez lo llevamos en los genes.”
El estudio, publicado en el Journal of Health Organization and Management de Australia, señala que en la mayoría de los centros de trabajo, desde las industrias de la publicidad y la construcción hasta los servicios de salud, los jefes varones muestran actitudes similares.
Para demostrar su estatus, tienen sillones más grandes que los demás, hablan más fuerte e interrumpen con más frecuencia. Salpican su conversación de jerga gerencial y abreviaturas, para confundir a la gente. Pasan la mayor parte del tiempo en juntas, protegen celosamente su espacio personal (oficina con vista a la calle) y hacen despliegue de la superioridad de sus máquinas e instrumentos, como el automóvil o los teléfonos celulares.
Despliegues universales de poder
“Lo que hemos descubierto son despliegues universales animalescos de poder, masculinidad, sexualidad y autoridad que parecen estar muy arraigados –añade Braithwaite–. Esta cultura tribal es similar a lo que veríamos en grupos de cazadores–recolectores en la sabana del sur de África.
“En el pasado los grupos eran territoriales porque les ayudaba a sobrevivir –declaró el profesor al diario The Sydney Morning Herald–. Si uno no pertenecía a un grupo sólidamente constituido, no podía heredar sus genes. Pero es sorprendente cuántos empleados de hoy siguen siendo muy tribales en su conducta. Eso explica toda clase de actitudes desagradables, incluso la prepotencia e intimidación.”
Los machos alfa de numerosas especies, en particular el chimpancé, el mono capuchino y el macaco japonés, afirman su preponderancia en formas similares a los altos ejecutivos masculinos. El estudio también compara a esos hombres con los pájaros machos que se congregan en la época de celo para defender sus cotos y hacer ostentación de atributos para atraer a las hembras.
El estudio se enfocó exclusivamente en los varones, pero el profesor Braithwaite señaló que algunas ejecutivas se vuelven “hembras alfa” para competir con los hombres, en tanto otras adoptan un “estilo más orientado al equipo”.
© The Independent
Traducción: Jorge Anaya