■ Arquidiócesis de Acapulco exige a gobernantes dialogar con mentores
“Ilegítimo, que maestros sometan a la sociedad y afecten a los alumnos”
En la aplicación de la Alianza por la Calidad de la Educación (ACE) en Guerrero, los gobiernos federal y estatal deben buscar una solución de fondo y estar abiertos al diálogo, sin caer en la tentación del uso de la fuerza, señaló la arquidiócesis de Acapulco.
En un pronunciamiento, luego de señalar que la sociedad de Guerrero ha atestiguado intensas movilizaciones y bloqueos de maestros inconformes, la Iglesia católica local reconoce el legítimo derecho del magisterio disidente a solicitar la revisión de dicho acuerdo.
“Lo que no es legítimo es que sometan a la sociedad, que afecten a terceros y, sobre todo, a todos los alumnos, con sus formas tan agresivas. Tienen que anteponer el diálogo con formas civilizadas, de manera que puedan convencer a la autoridad y a la sociedad en general sobre la legitimidad de sus demandas. De ninguna manera tienen que prestarse a ser factor de desestabilización social”, dice la arquidiócesis del puerto, encabezada por el arzobispo Felipe Aguirre Franco.
Aunque reconoce que el propósito y los objetivos de la ACE parecen inobjetables, porque están orientados a mejorar los niveles educativos, el problema de origen es que algunos sectores magisteriales no le reconocen “solvencia moral” al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) y que esa alianza no contó con el consenso y la opinión de los profesores.
De hecho, sin citar el escándalo por la compra de lujosas camionetas Hummer para los dirigentes seccionales del SNTE, la arquidiócesis destaca que en días recientes se han dado serios cuestionamientos al sindicato magisterial por el “uso discrecional” de las cuotas que recibe.