■ “Saben bien que no permitiremos nada que implique privatizar el petróleo”, afirma
AMLO: legisladores del FAP han enviado respuestas positivas, pero hay que estar alerta
■ Aún hay puntos que no se permitirán en la reforma energética, como las filiales en Pemex, dice
Ampliar la imagen Andrés Manuel López Obrador ante sus seguidores Foto: Carlos Ramos
Al encabezar la asamblea informativa con el Movimiento Nacional en Defensa del Petróleo, Andrés Manuel López Obrador sostuvo que en momentos en que la crisis económica se ha agudizado, “porque el modelo neoliberal ya tronó”, es imprescindible impedir la privatización del petróleo, porque es una de las fuerzas fundamentales para apuntalar el desarrollo del país.
Aunque dijo que se han recibido “respuestas positivas” de los legisladores del Frente Amplio Progresista (FAP), “ellos saben bien que no permitiremos nada que implique violar la Constitución y privatizar el petróleo”.
Ante miles de integrantes del movimiento reunidos en el Monumento a la Revolución, subrayó que en el contexto de las movilizaciones en defensa del petróleo ya se han aceptado tres demandas que se habían planteado como necesarias: mayores recursos a Petróleos Mexicanos (Pemex), convertir los denominados Pidiregas en deuda pública y la construcción de una nueva refinería.
“Decían –señaló– que existían impedimentos legales y que no había recursos para una nueva refinería, y de repente ya hay fondos para su construcción.” López Obrador destacó la importancia de la conversión de los Pidiregas en deuda pública –como había exigido el movimiento–, porque esto representa cancelar lo que en realidad es un esquema de financiamiento muy caro.
A pesar de que consideró que los legisladores que participan en la discusión de los dictámenes han enviado “respuestas positivas”, llamó al movimiento a mantenerse alerta y lo convocó a que este mediodía, junto con las mujeres que participan en las brigadas en defensa del petróleo, se reúna en el Hemiciclo a Juárez “para mantenernos informados”, porque es una semana crucial y podría ser necesario emprender la resistencia civil y pacífica.
En su discurso reiteró los seis puntos medulares que no sería admisible incluir en la reforma energética, entre los que citó el nuevo régimen de excepción que proponen PRI y PAN, que “dé manga ancha para la asignación de obras, adquisiciones y servicios, mediante el procedimiento de invitación restringida o asignación directa de contratos.
“Sería grotesco que con tanta corrupción que hay en Pemex todavía se siguiera fomentando el contratismo en beneficio de empresas y de funcionarios deshonestos.” En este contexto, López Obrador acusó de nueva cuenta al secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño, de las relaciones irregulares que mantiene su familia con el régimen, mediante contratos. “¿Saben cuántos contratos tienen los Mouriño con el gobierno? ¡Más de 100! No sólo con Pemex, sino también con el Seguro Social, la Conasupo, con muchas dependencias.”
El político tabasqueño insistió en que tampoco serían admisibles: “el régimen de filiales que propone el PRI, porque implicaría reafirmar la política salinista tendente a la privatización de Pemex y romper con la cadena productiva que podría ser útil para apuntalar el desarrollo económico; los contratos riesgo, ni abiertos ni con disfraces, es decir, los incentivados propuestos por Calderón, ni los llamados contratos de éxito. Estamos en contra de que, como lo proponen PRI y PAN, Pemex compre fianzas y seguros, porque eso sería darle impunidad a los consejeros y a su director”.
Durante su discurso, López Obrador aludió recurrentemente al entorno económico que prevalece en el país y en el mundo: “asistimos al funeral del neoliberalismo”, pues se ha demostrado el fracaso de las políticas excluyentes, diseñadas “sólo para beneficio de las minorías, y se han derrumbado también los llamados paradigmas que pretendían ocultar el pillaje y los absurdos del modelo neoliberal.
“Ha quedado al descubierto la falacia de la desregulación económica y financiera, sin el control del Estado; el criterio de apostar al predominio del mercado y del incumplimiento de la responsabilidad social del Estado, y de querer justificar la concentración de la riqueza en pocas manos con la seudoteoría del goteo, según la cual si les iba muy bien a los de arriba, les iría bien a los de abajo”.
Cuestionó la aplicación de dicho modelo en México, que ha provocado que el país sea el de más bajo crecimiento en todo el continente y que, por otro lado, el desempleo se haya agudizado y el incremento en los productos de precios básicos haya sido una constante en la administración actual.
Por ello, “ante la gravedad de la crisis económica y de bienestar social, la defensa del petróleo adquiere mucho mayor relevancia, porque sólo estando el sector energético bajo el dominio de la nación podríamos encontrar la salida y garantizar un mejor futuro para nuestro pueblo”.
Más adelante, López Obrador manifestó que en la coyuntura actual, ante el inocultable fracaso del modelo neoliberal, “tendremos todavía que enfrentar un complicado proceso de transición”, donde será preciso encarar a quienes son dogmáticos y fundamentalistas de este modelo, que, “en la resaca del fracaso de la política neoliberal, los tecnócratas y sus jefes” van a resistirse al cambio en las políticas y van a querer seguir aplicando las viejas recetas.
Por la noche, acudieron a las oficinas de López Obrador diversos legisladores y dirigentes perredistas para analizar los términos de la negociación en el Senado y revisar las posibles alternativas de movilización que en su caso serían necesarias si se pretende una reforma privatizadora de Pemex.