Cultura y arte a raudales
■ Se trata de la única representación contemporánea de una pieza de la Edad Media
Por primera vez, sale de Cataluña la procesión macabra que preside la implacable muerte
Guanajuato, Gto., 15 de octubre. La Danza de la Muerte de Verges, una de las contadas expresiones que permanecen inalteradas desde la época medieval, sale por primera vez de España para escenificarse en el Festival Internacional Cervantino.
Las danzas macabras de la Edad Media eran tan liberadoras como didácticas, sin dejar de ser un instrumento de la Iglesia para inducir al arrepentimiento.
En la procesión, que se realiza el Jueves Santo, cinco danzantes disfrazados de esqueletos bailan; el maestro de la danza, que lleva la guadaña, encarna a la implacable muerte que siega toda vida; otro bailarín carga una bandera para recordar que ni los arzobispos ni los pobres ni los ricos tienen el perdón de la parca.
En el baile macabro, los esqueletos de niños llevan platos de ceniza como símbolo de que el hombre es polvo y en polvo se convertirá; otro pequeño carga un reloj sin manecillas y en cada salto que da indica con el dedo una hora diferente, porque la muerte puede llegar en cualquier momento. Los danzantes son seguidos por personas ataviadas con túnicas negras.
Toni Casabó, director de Associació La Processó, explicó que para los más de mil 200 habitantes de Verges cada detalle del rito representa un capítulo de lo que está instituido dentro del calendario social de la colectividad, pues se trata de un fragmento de la representación de la Pasión de Jesucristo.
“Los participantes escenifican la antigua tradición europea de los ritos macabros en los que se sitúa el origen formal del teatro catalán.”
Josep Bargalló, del Instituto Ramon Llul, explicó que la diferencia entre las danzas radica en el ambiente festivo que imprime el mexicano, mientras que los catalanes son más solemnes: “Son procesiones en completo silencio y tienen un sentido más de respeto a la muerte, con una solemnidad impresionante”.
Bargalló comentó que las 10 personas que participan en el rito no son actores, porque se trata de una danza de carácter tradicional.
Los trajes originales de los danzantes fueron pintados hace más de 25 años por la artista Ana María Poch y los actuales los realizó Jordi Rodríguez Amat, quien participa en el rito macabro de Semana Santa.
En Verges, población de Cataluña, la Danza de la Muerte se ha convertido en algo excepcional, ya que se trata de la única representación contemporánea de estas formas de teatralización tradicional medieval.