■ La preocupación por la crisis económica supera los prejuicios raciales entre los votantes
Obama aventaja hasta por 14 puntos a McCain en los sondeos
■ El republicano cambia de estrategia y deja de atacar a su rival demócrata en sus discursos
Ampliar la imagen Simpatizantes de Barack Obama festejan la visita del candidato presidencial demócrata a su planta laboral ayer en Perrysburg, Ohio Foto: Ap
Nueva York, 14 de octubre. A 21 días de la elección general con un consenso abrumador de que el país está avanzando por la vía equivocada después de ocho años de la presidencia del republicano George W. Bush y ante la peor crisis financiera desde la Gran Depresión, Barack Obama, candidato presidencial demócrata, ahora goza de clara ventaja sobre su contrincante republicano John McCain.
Lo único sorprendente es que fue sólo hasta ahora que se traduce el repudio contra el partido del presidente en un apoyo más contundente para el candidato del partido opositor. Pero mucho tiene que ver con que la crisis financiera continúa transformando el tablero electoral en favor de los demócratas y su abanderado presidencial.
De hecho, hay indicios de que el factor que más explicaba el empate entre ambos candidatos hasta hace poco, la raza, empieza a desvanecerse entre algunos sectores blancos que antes expresaban cierta renuencia a votar por Obama. Estos ahora consideran que los efectos de la crisis económica en sus vidas es aún más importante que el hecho de que el candidato sea negro.
La encuesta de CBS News/New York Times difundida esta noche registró un sorprendente margen de 14 puntos de ventaja para Obama sobre McCain (53 contra 39 por ciento), confirmando así tendencias identificadas por otras encuestas en los últimos días. Otra encuesta difundida hoy por Los Ángeles Times/Bloomberg, registra una ventaja de 50 contra 41 para Obama, el doble del margen de hace sólo un mes. Ayer, la encuesta de ABC News/Washington Post registró un margen de 10 puntos (53-43).
En la encuesta de ABC News, como en casi todas las de semanas recientes, la economía es por mucho el tema considerado como el más importante en esta elección, y entre los votantes que afirman eso, Obama está ganando por un margen de 62 por ciento contra 33 por ciento. Este es, por ahora, el eje sobre el cual está girando la elección.
Los estados “clave”
Pero aún más importante dentro del peculiar sistema electoral presidencial de este país, son las ventajas de Obama en los estados denominados “claves”, los cuales finalmente determinan el resultado nacional, que han sorprendido y alarmado a los republicanos. Los demócratas no sólo han mantenido ventajas en todos los estados ganados por su candidato John Kerry hace cuatro años, sino que han tomado la delantera en varios estados ganados por Bush en 2004, incluyendo Florida, Virginia, Colorado y Nuevo México. Más aún, estados que son críticos para un triunfo de McCain ahora muestran preferencias marcadas por Obama, como es el caso de Pennsylvania (donde hace poco había un empate técnico pero ahora el demócrata tiene una ventaja de unos 13 puntos) y Carolina del Norte, donde McCain tenía una amplia ventaja hace sólo tres semanas y ahora su contrincante tiene una pequeña ventaja.
Ohio, que fue el epicentro de la batalla en 2004, se empieza a inclinar hacia Obama, y junto con Pennsylvania y Florida, este estado es considerado fundamental para las estrategias electorales de ambos candidatos.
Justo en Ohio hay indicaciones de que la economía está superando los prejuicios raciales. “La economía simplemente supera el racismo en esta coyuntura”, comenta Bill Clemmens, un pequeño empresario de Dayton en entrevista con el New York Daily News. Dice que gente abiertamente racista y que hasta hace poco jamás hubiera considerado votar por un negro, tanto demócratas como republicanos, esta vez votará por Obama.
El asunto de la raza en esta elección ha sido empleado por la fórmula republicana. Una y otra vez, McCain y Sarah Palin, su candidata a la vicepresidencia, han dicho cosas como que Obama “no ve el mismo Estados Unidos que tú y yo”, lo han acusado de tener vínculos con “terroristas domésticos” (en referencia a un profesor de educación que hace 40 años fue líder de un grupo radical antiguerra de Vietnam), y claro, implícitamente, esto despierta de nuevo las sospechas de que Obama es un musulmán clandestino.
Hay pancartas en las que se lee “Obama bin lying”, un juego de palabras que afirma que “Obama ha estado mintiendo”, pero en lugar de “been”, se escribe “bin”, o sea, como bin Laden.
Una mujer en uno de los mítines de McCain comentó que Obama “es, es, pues un árabe”, algo que el propio McCain tuvo que corregir, respondiendo “no señora, es un hombre decente de familia...” (aunque no se sabe si eso implica que los árabes no lo son).
Pero aunque tal vez es un mensaje efectivo para ciertas bases derechistas, no está funcionando. Según la encuesta de ABC News, la táctica de ataque personal contra Obama ha dañado a McCain: 59 por ciento considera que McCain sólo está enfocado en atacar a su contrincante, y sólo 35 por ciento dice que está abordando los temas en esta elección; 68 por ciento cree que Obama está enfocado en los temas.
La encuesta registra que McCain no ha logrado avanzar mucho en sus intentos de presentar a Obama como una opción demasiado riesgosa o liberal para el país, y más bien el porcentaje de votantes que ahora percibe a McCain de manera negativa se ha incrementado (lo opuesto para Obama).
Por ello, desde hoy, McCain parece haber cambiado de estrategia, ya que en sus discursos abandonó los ataques personales contra Obama, y ahora habla de sí mismo, se define como un buen soldado “he servido a este país desde los 17 años, y tengo las cicatrices para comprobarlo”, y afirma que, por lo tanto, es el mejor líder para enfrentar estos tiempos difíciles.
Con la economía como el tema central de esta elección, McCain y Obama han presentado sus nuevas propuestas sobre cómo enfrentar la crisis, y ambos afirman que desean rescatar a la clase media e impulsar el crecimiento económico para todos.
El tiempo es cada vez más corto, y en las tres semanas que faltan hasta la elección del 4 de noviembre, ambos se centrarán en este tema en particular. Cada día, más votantes toman una decisión y hay menos indecisos por conquistar. Ahora los dos entran en la recta final donde tienen que convencer a un país en donde 9 de cada diez votantes cree que el país avanza por una vía equivocada.
Este miércoles por la noche ambos tendrán otra oportunidad ante un público nacional al realizarse el tercero y último debate entre estos dos candidatos presidenciales.