Usted está aquí: miércoles 15 de octubre de 2008 Política Encara Onésimo Cepeda una acusación penal de fraude procesal por 130 mdd

■ El obispo de Ecatepec, centro de una disputa por unas 20 pinturas, incluido un Picasso

Encara Onésimo Cepeda una acusación penal de fraude procesal por 130 mdd

Alfredo Méndez

Ampliar la imagen El pagaré endosado de la presunta simulación El pagaré endosado de la presunta simulación

El obispo de Ecatepec, Onésimo Cepeda Silva, enfrenta una acusación penal por un presunto fraude procesal por 130 millones de dólares, debido a que participa en un litigio civil que implica la lucha legal por la propiedad de una veintena de pinturas de autores de reconocimiento mundial, algunas de las cuales podrían ser consideradas patrimonio nacional, como es el caso de Mujer caminando, del oaxaqueño Rufino Tamayo, cotizada en un millón de dólares.

Entre estas obras de arte en litigio se encuentra también un Modigliani, un Rivera, un Orozco, un Clausell y un Picasso.

La denuncia contra el jerarca de la Iglesia católica y el empresario Jaime Matute Labrador la presentará este miércoles ante la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal la empresa Arthinia Internacional SA, la cual acusa a ambos de haberse confabulado para efectuar una “simulación de actos jurídicos” que les permitió embargar los derechos litigiosos con los cuales pueden adjudicarse la propiedad de los cuadros.

Éstas y otras pinturas originalmente fueron donadas por Olga Azcárraga Madero –hermana del presidente del Grupo Radio Fórmula, Rogerio Azcárraga– a la compañía Arthinia, de la que ella fungía como presidenta del consejo directivo.

Sin embargo, Matute, quien era asesor de la señora, se habría coludido con el obispo para despojar a la empresa de los derechos de posesión de las obras de arte.

Para ello “simularon” la existencia de un pagaré por 130 millones de dólares que supuestamente el obispo Cepeda entregó en efectivo a Olga Azcárraga el 28 de abril de 2003, según consta en la querella que un grupo de abogados de Arthinia presentará hoy.

La misma querella, de la cual tiene copia este diario, señala que esa cantidad en realidad nunca fue entregada a Olga Azcárraga, quien falleció el 21 de noviembre de 2003.

Según esta acusación penal, sucedió que, ante la confianza que Olga Azcárraga tenía en el obispo (era su confesor personal) y en Jaime Matute (su administrador financiero y posteriormente albacea que encabezó la sucesión de bienes de la señora), los dos la convencieron en abril de 2003 de que firmara un papel en blanco.

Después, el obispo de Ecatepec y Matute Labrador habrían acordado “simular” la existencia del pagaré que hoy obliga a la empresa Arthinia a liquidar un adeudo de 130 millones de dólares que supuestamente contrajo la señora Olga meses antes de fallecer.

El único activo de esta empresa, que se constituyó el 7 de junio de 1976 en la ciudad de Panamá, Panamá, con un capital social de 25 mil dólares, son 24 obras de arte, entre ellas Tunas, de Frida Khalo; Autorretrato, de Oskar Kokosha; El baile, de Francisco Goitia, y Naturaleza, de Diego Rivera, así como otras de Leonora Carrington, Goya, Pablo Picasso, Marc Chagall y Amedeo Modigliani.

La denuncia fue elaborada por los abogados Arsenio Farell, Jorge Castro Trejo y Xavier Olea Peláez, representantes de Arthinia.

El penalista Xavier Olea mostró ayer a La Jornada en su despacho jurídico un legajo de pruebas que demuestran que “el señor obispo se coludió con Matute e incurrió en fraude procesal en perjuicio de Arthinia y violó la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público, que le impiden participar en un litigio con fines de lucro”.

Además, “resulta absurdo que haya entregado a la presidenta de la empresa que represento (Olga Azcárraga) 130 millones de dólares en efectivo”, puntualizó.

De dónde, añadió el abogado, un representante de la Iglesia católica “tiene esa cantidad y la entrega en efectivo”.

Respecto del pagaré que tiene la firma del prelado y que el pasado 23 de junio fue endosado en propiedad a Jaime Matute Labrador, Xavier Olea indicó: “pudimos comprobar pericialmente que se hizo en dos tiempos: primero se firmó la hoja en blanco, cuando aún vivía la señora; y luego, tras su fallecimiento, se rellenó, especificando los 130 millones”.

 
Compartir la nota:

Puede compartir la nota con otros lectores usando los servicios de del.icio.us, Fresqui y menéame, o puede conocer si existe algún blog que esté haciendo referencia a la misma a través de Technorati.