■ El conjunto de la UNAM sufrió su quinta caída consecutiva ante los celestes en CU
Cruz Azul sale de su mala racha a costa de su cliente Pumas
■ La Máquina rompió marca de cuatro juegos sin ganar y trepó al liderato del grupo de la muerte
■ Callamos bocas: Yosgart
■ Pagamos los errores ante un rival que jugó al contragolpe: Tuca
Ampliar la imagen Tristeza del auriazul Palencia, quien a pesar de su enjundia nada pudo hacer para lograr el triunfo Foto: Víctor Camacho
Las jettaturas en el futbol sí existen. Y pesan. Si no, que le pregunten a Pumas, que sufrió la quinta caída consecutiva ante Cruz Azul en su estadio de Ciudad Universitaria.
No importó que el equipo de la UNAM tuvo mayor dominio del balón ni más oportunidades de gol. Tampoco, que los Cementeros llegaron en mal momento y a que ayer, por lapsos, se limitaran desesperadamente a alejar el esférico de su meta.
Lo fundamental fueron esos dos goles de Pablo Zeballos y Javier Orozco que definieron el 2-0 y tres valiosos puntos que permiten al cuadro celeste trepar al liderato del grupo de la muerte.
Los auriazules suman cuatro partidos sin victoria –tres derrotas y un empate–, lo que ha coincidido con la lesión de Leandro Augusto, aunque el timonel Ricardo Ferretti rechazó que esta racha se deba a esa ausencia. “Sería muy triste depender de un jugador, pero Leandro no lo hace solo, tiene 10 compañeros que merecen respeto”, atajó el Tuca.
Y precisamente los azules rompieron racha de cuatro cotejos sin triunfo, lo que fue festejado con euforia. “Callamos bocas”, exclamó el arquero Yosgart Gutiérrez. Mientras Miguel Sabah no fue considerado –“miedosos ni a la banca”, había sentenciado el presidente azul Guillermo Álvarez–, cada equipo tuvo dos elementos que habían sido baluartes del rival: Francisco Palencia y Juan Carlos Cacho, ahora auriazules, y Joaquín Beltrán y Jaime Lozano, de celestes.
Los del Pedregal tuvieron un buen inicio, pero luego el duelo se redujo a 22 obreros afanosos, con mucha lucha pero sin brillantez.
Lo mejor fue en los minutos finales, donde Yosgart empezó a ser factor. Primero detuvo remates peligrosos de Cacho y David Toledo, pero al 40 se vistió de héroe al desviar con las uñas, ya casi de rodillas, una media vuelta de Palencia que parecía anotación.
El complemento se inició con un fogonazo de Toledo, que pasó tan cerca del poste derecho que algunos aficionados, quienes registraron buena asistencia al México 68, gritaron gol.
De inmediato, Fernando Morales mantuvo sus buenos desbordes por la izquierda y mandó el balón a la red posterior izquierda, lo cual también levantó a varios.
Al cuarto de hora, Ferretti relevó a Morales por Ismael Íñiguez. El cambio extrañó, porque el Zurdo era el más desequilibrante, pero el Tuca explicó: “Ya estaba ahogado, hizo un esfuerzo muy grande”.
El asunto fue que Pumas cayó en la ineficacia, mientras Cruz Azul daba muestras de conformarse con el empate, pero encontró el gol fortuito: Toledo cometió un error; el Pikolín Palacios se cayó y César Villaluz dio pase a Zeballos, quien definió con tranquilidad ante la salida de Bernal.
Pumas ya no se repuso del golpe y los azules definieron el juego a cuatro minutos del final, en un desborde de Alejandro Vela y cabezazo del juvenil Orozco, para su primer tanto en la liga.
Y así, por quinta ocasión consecutiva, el ¡Azul-Azul! retumbó en CU –exactamente 40 años después del encendido del fuego olímpico– y Ferretti lo atribuyó a “errores que debes pagar a pesar de que jugamos 70 minutos en la cancha de un rival que jugó al contragolpe”, mientras Benjamín Galindo explicó que ahora sí tuvieron orden y concentración.
Sobre la ausencia de Sabah evitó polémizar. “El que esté mejor luchará por un puesto”, dijo, mientras Zeballos fue directo: “ganamos poniendo güevos”.