■ Antimotines y soldados sofocan la revuelta
Motín en penal de Zacatecas; presos denuncian torturas
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Unos 850 internos del penal de Cieneguillas se amotinaron cerca de las 4:30 horas del domingo. Al amanecer, efectivos municipales de Zacatecas y Guadalupe, policías estatales y de la Federal Preventiva, apoyados por militares, disolvieron la revuelta. Según el secretario de Gobierno, Carlos Pinto, los inconformes demandaban que no se interrumpieran los servicios de agua potable y elecrtricidad, que “normalmente no se han visto afectados”; sin embargo, las autoridades estatales no mencionaron la presunta tortura contra 16 internos. Tampoco dieron detalles sobre la operación policiaca ni sobre el número de lesionados
Foto: Alfredo Valadez Rodríguez
Zacatecas, Zac., 12 de octubre. Esta madrugada se amotinaron unos 850 internos del Centro de Readaptación Social de Cieneguillas –cercano a la capital del estado–, quienes acusaron a celadores de sacar de las celdas a 16 reos y regresarlos golpeados y torturados dos horas después.
Los presos quemaron colchonetas y cobijas, causaron destrozos en la zona de control interno, derribaron puertas y rompieron vidrios, además de dañar cercos perimetrales de malla ciclónica.
El amotinamiento se inició alrededor de las 4:30 horas, y al amanecer unos 400 agentes municipales de Zacatecas y Guadalupe, de la policía estatal, Federal Preventiva y elementos del Ejército Mexicano llegaron para tomar control del penal.
Trascendió que los reos, encabezados por Jesús Ortega Ramírez, exigieron dialogar con los militares ante periodistas, para que éstos constataran las lesiones de sus 16 compañeros.
Alrededor de las nueve de la mañana ingresaron al penal el procurador de Justicia de Zacatecas, Ambrosio Romero, agentes del Ministerio Público federal y local y visitadores de la Comisión Estatal de Derechos Humanos.
Sin embargo, cuando las autoridades prohibieron el ingreso de los periodistas fracasó la negociación, y hacia las 12:15 horas cientos de policías comenzaron a sofocar la rebelión, mientras militares y decenas de agentes cercaban el reclusorio.
Fuera se oían disparos de armas de fuego y de lanzadores de gas lacrimógeno. A unos 750 metros de la entrada, la valla de policías contenía a decenas de familiares de los reos, muchos de los cuales lloraban desesperados.
A las 14 horas autoridades de reportaron la situación “bajo control”, pero no dieron pormenores del enfrentamiento. Más tarde el gobierno estatal emitió un comunicado que no menciona los 16 reos presuntamente torturados ni habla de lesionados en el motín. “Se usaron cuatro cartuchos de gas lacrimógenos para disuadir a los manifestantes, que fueron un pequeño grupo”, dice el documento.