■ “Sin ser ingenuo, puedo decir que la violencia actual no va a ser permanente”, señala
Garantizar la seguridad pública es una deuda del Estado, reconoce Medina Mora
Frente a estudiantes de economía de la Universidad Iberoamericana, el titular de la Procuraduría General de la República (PGR), Eduardo Medina Mora, reconoció ayer que la deuda del Estado mexicano es garantizar seguridad pública a los habitantes del país, aunque insistió en su discurso de los meses recientes respecto de que no variará la estrategia del gobierno del presidente Felipe Calderón de hacer un combate frontal y militar al narcotráfico.
Ese combate, dijo el funcionario federal, será la única forma de erradicar a corto plazo la estela de violencia que invade a la nación, y de atomizar el poderío económico y de fuego de los grupos criminales.
“Fortalecer al Estado para hacer frente al narcotráfico es una primera fase de esta lucha que estamos librando, que sin duda es la más violenta, la que más genera debates, dudas y también adversarios; sin ingenuidad y sin ser iluso, les puedo decir que la violencia que estamos viviendo no va a ser permanente”, puntualizó.
Al principio de su ponencia, el procurador se vanaglorió de haber participado hace 15 años –cuando el país venía de crisis económicas internas y de niveles de inflación hasta de 160 por ciento– en las propuestas del Consejo Coordinador Empresarial y del Consejo Mexicano de Hombres de Negocios, en las que se llegó a plantear la posibilidad de dolarizar el peso mexicano o en la aplicación de esquemas financieros internacionales, como la caja de conversión.
Estos planteamientos económicos, destacó, sentaron las bases para llegar a la estabilidad macroeconómica “que hoy es una realidad en México”.
Indicó que el narcotráfico y la delincuencia no los genera la pobreza.
Explicó que al respecto existen dos puntos de vista opuestos: el de la visión “punitiva” y el que asocia todos los problemas delictivos con la pobreza. “El primero pretende volver culpables sólo a los delincuentes y el segundo al modelo económico y político”.
Para Medina Mora, ambas visiones son simplistas, pero, además, corren el riesgo de multiplicar el fenómeno delictivo; una como resultado del exceso de fuerza y la otra por la subvaloración del problema.
Indicó que “es falso que los pobres sean delincuentes potenciales. El gobierno de Venezuela, por ejemplo, ha puesto en marcha políticas sociales muy ambiciosas, basadas en los enormes ingresos que han tenido del petróleo, y paradójicamente la delincuencia ha crecido casi en proporción con la inversión social”, apuntó.
Según su visión, el problema del narcotráfico está en los consumidores de drogas, en la percepción de los jóvenes respecto de que sólo los mafiosos viven bien en este país y en “la potente economía criminal, capaz de competir con empleos formales bien remunerados”.
Por ello, pidió a los universitarios alejarse de visiones como la de estudiantes de Culiacán, Sinaloa, pues según una encuesta de 2007 aplicada a jóvenes de nivel socioeconómico medio de esa localidad, las aspiraciones de la mayoría de éstos no eran “concluir su carrera o construir una familia, sino tener una camioneta nueva, ropa lujosa, joyas y dinero”.
Respecto del problema del incremento en el consumo de drogas en México, ofreció las siguientes cifras: “la quinta Encuesta Nacional de Adicciones, que realizó la Secretaría de Salud y que se presentó hace unas semanas, revela que el consumo de drogas en nuestro país ha crecido 30 por ciento en los pasados seis años; en el mismo periodo el consumo entre las mujeres y jóvenes más que se duplicó, además de que el número de adictos crónicos se incrementó en 51 por ciento; por si fuera poco, los delitos más graves y violentos están asociados a mayores grados de adicción”.