■ Fue alcalde interino en 1997 y buscó postulación a la gubernatura
De la mano de Beltrones, Añorve vuelve a Acapulco
■ Tendrá que convivir con dos adversarios políticos: el gobernador
Zeferino Torreblanca y el próximo edil de la capital, Héctor Astudillo
Ampliar la imagen El candidato del PRI a la presidencia municipal de Acapulco, Manuel Añorve Baños, acompañado por los senadores Manlio Fabio Beltrones y Melquiades Morales, el día de la votación Foto: Javier Verdín
Acapulco, Gro., 6 de octubre. El virtual ganador de las elecciones del domingo en el municipio de Acapulco, Manuel Añorve Baños, es acapulqueño con raíces en la Costa Chica del estado, de donde es su padre, y de Oaxaca, en donde nació su madre.
Los vínculos con esta región son muy estrechos, al igual que los nexos con su primo, el ex gobernador de Guerrero Ángel Aguirre Rivero, quien la madrugada del lunes, junto con Manlio Fabio Beltrones y Beatriz Paredes Rangel, le levantó el brazo para celebrar el triunfo en este puerto, que durante los últimos nueve años ha estado en manos del Partido de la Revolución Democrática (PRD).
Añorve Baños era, hasta antes de su postulación, asesor en el Senado de la República, donde trabajaba directamente al servicio de Beltrones.
En Guerrero todos quedaron sorprendidos el primero de septiembre de 2006, cuando vieron en la televisión al próximo alcalde de Acapulco cubriendo la espalda de Felipe Calderón Hinojosa en San Lázaro, durante el forcejeo en que se convirtió la toma de posesión del Presidente para el sexenio 2006-2012.
Otro episodio que muchos recuerdan en la vida de Añorve es su enfrentamiento con el gobernador Zeferino Torreblanca, que terminó a golpes.
En un café de la costera, Torreblanca, entonces diputado federal del PRD, se encontró con el priísta; se retaron y Torreblanca lo dejó fuera de combate con una patada.
Añorve Baños llegó a la alcaldía interina por voluntad del entonces presidente Ernesto Zedillo y del gobernador Ángel Aguirre Rivero, ante la ausencia del alcalde constitucional, Juan Salgado Tenorio, quien estaba de paseo por Disneylandia cuando ocurrió el desastre del huracán Paulina y fue defenestrado sin mayor trámite.
Ex alcalde y representante de grupos empresariales de la localidad, el hoy gobernador acusó al priísta de auspiciar la corrupción en la policía, en la administración de obras públicas y en el catastro, cuando encabezó el cabildo.
Después intentó ser candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI) al gobierno del estado, pero perdió ante René Juárez Cisneros y al final rompió con el grupo de Rubén Figueroa Alcocer y Héctor Astudillo Flores. Hoy los tres enemigos políticos son protagonistas de la vida política: uno como gobernador y los otros como futuros alcaldes, porque Astudillo será el edil de la capital, Chilpancingo.
Mientras, el partido Convergencia calificó el proceso del domingo de elección “de estados”, por la participación de los gobiernos del estado de México, Oaxaca, Hidalgo y Yucatán.
El líder nacional de Convergencia, Luis Maldonado Venegas, dijo que la jornada electoral estuvo plagada de irregularidades y exigirá limpiarla.
El domingo el PRD no sólo perdió Acapulco, sino que su candidata, Gloria Sierra, se ubicó en tercera posición. El PRI ganó con 73 mil 951 votos; Luis Walton, de la coalición Convergencia-PT, consiguió 69 mil 81 sufragios, mientras la perredista sumó 63 mil 951. Hace tres años, el abanderado del tricolor, Emilio Vizarratea, apenas obtuvo 13 mil 686 votos, contra 84 mil de Félix Salgado Macedonio.