Balance de la Jornada
■ Clásico empate en el partido del odio
Ampliar la imagen Moreno y Argüello festejan la anotación tempranera de las Águilas Foto: Víctor Camacho
No falla: al final, todo termina en el clásico empate. Y es que el duelo despierta tanta expectación durante la semana, que los jugadores salen a la cancha con un recelo que no se les quita durante los 90 minutos.
Y cuando eso se combina con dos técnicos timoratos –que optan por defenderse en lugar de atacar–, la igualada a un gol es la consecuencia lógica en el llamado clásico del odio.
El partido sirvió, sin embargo, para ratificar que las jettaturas pesan. América suma cinco años sin derrota en Ciudad Universitaria –no pierde desde el 13 de agosto de 2003– y Ricardo Ferretti hilvana 11 partidos sin vencer a las Águilas. En más numerología, aunque entró al final, Germán Villa sumó su partido 450, pero el veterano poco tiene que celebrar en un equipo donde su puesto es copado por Alejandro Argüello y Enrique Vera.
El equipo del excesivamente precavido Ramón Díaz parece ir en ascenso. Luego de ensayar con varias alineaciones –y de paso mandar un mensaje que no tolerará estrellitis de sus figuras–, el Pelado Díaz está encontrando al que debe ser su cuadro titular.
El empate no era el resultado ideal, pero le sirve al equipo de Televisa para no caer ante otro de sus odiados rivales, mientras Pumas perdió la brújula que tenía al inicio del torneo.
A los felinos les cuesta mucho ganar en casa. A mediados de semana perdían 0-2 ante Dynamo de Houston, pero rescataron el empate a cuatro goles y el Tuca aprovechó para justificar que enfrentaron a un equipo “mejor” que la mismísima selección de Estados Unidos.
El que también perdió el rumbo fue Cruz Azul. Al DC United le ganó con un gol de trasero anotado por Pablo Zeballos, pero regresó a la irregularidad al enfrentar a un cuadro mediano como Toluca. Además sufrió dos bajas, la de Marcelo Carrusca, por lesión en la clavícula derecha, y de Miguel Sabah, quien por hacer público los miedos privados celestes tiene la salida segura a fin de torneo.
Chivas da una de cal y otra de arena. Primero sorprendió al vencer en Curitiba al Paranaense –con un golazo de Omar Arellano que le valió su inclusión en la lista de Eriksson–, pero luego dejó escapar la victoria ante Tigres, en tan sólo dos minutos.
Su veleidoso dueño Jorge Vergara pasó de llamarlos niños caguengues a llevarles serenata luego de su triunfo en Brasil, y contrató a Jorge Campos en el llamado Consejo Consultivo de Futbol. Poco podrá hacer el bromista Brother en un órgano que se rige exclusivamente por los caprichos del magnate.
Atlante, de local, y Santos, de visitante, perdieron en sus duelos de la Concachampions –lo que no genera buenos augurios rumbo al duelo sabatino del Tri en Jamaica–, y Sven-Goran Eriksson llamó por primera vez a Héctor Moreno (AZ Alkmaar) y al rojiblanco Arellano. El sueco empezará a ver lo que es el futbol en la zona más pobre (futbolísticamente) del mundo.
Se cumplieron tres años de la conquista del título Mundial Sub-17 y el aguantador Efraín Flores pronunció el mejor discurso. Fue la propia FMF la que desperdició el momento y en lugar de apoyar a los jóvenes mexicanos canceló el torneo nacional de reservas, amplió el número de extranjeros en primera A y no disminuyó la edad límite de jóvenes en el máximo circuito. Por eso no se clasificó a ninguna Copa del Mundo de menores.
Y mientras Ricardo La Volpe pone sus bigotes a remojar con un Monterrey que suma tres derrotas al hilo, Francisco Avilán regresó del pasado infame de los cachirules y debutó con un triunfo al frente del Jaguares.