Usted está aquí: lunes 6 de octubre de 2008 Economía Se expande un sistema eléctrico privado y paralelo, alerta el SME

■ Grandes empresas y trasnacionales recibieron 617 permisos para generar energía

Se expande un sistema eléctrico privado y paralelo, alerta el SME

■ Se vale de las redes públicas con cargo al erario

■ Es “un claro proceso privatizador”

■ Al sector eléctrico nacional se le escamotea el presupuesto, se le endeuda y no se lo deja crecer

Patricia Muñoz Ríos

Ampliar la imagen Martín Esparza, líder del SME Martín Esparza, líder del SME Foto: Yazmín Ortega Cortés

En los últimos meses se han otorgado 617 permisos a grandes empresas privadas y trasnacionales que operan en México para que generen su propia energía eléctrica; por ejemplo, se concedieron 19 de estos permisos a Bimbo, 17 a Cinemex, 20 a distintos ingenios azucareros, 13 a Liverpool, 95 permisos a Wal-Mart de México y 119 a Telmex.

“Estamos ante la creación de un sistema eléctrico privado o construido en forma paralela a la industria eléctrica nacional”, apuntó el secretario general del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), Martín Esparza. Expuso que, en contraste, al sector eléctrico público se le escamotea presupuesto, se le endeuda y no se le deja crecer.

El dirigente sindical indicó que la Comisión Reguladora de Energía (CRE) otorgó 68 permisos de electricidad para “usos propios”; 22 a productores independientes; dos a pequeños propietarios; ocho para exportación; 73 para cogeneración y 617 de autoabasto. De estos últimos sobresalen, por ejemplo, las 95 autorizaciones otorgadas a Wal-Mart, empresa que ya no paga energía eléctrica. “No podemos siquiera llamar a esto privatización silenciosa o secreta. Es un llano y claro proceso privatizador”, expuso.

Esta comisión se ha dedicado en años recientes, en especial en los gobiernos “del cambio democrático”, a transitar de lo público a lo privado el sector energético. La prueba es que todas las nuevas obras de plantas generadoras se han entregado a empresas privadas, en especial extranjeras.

Martín Esparza destacó que no solamente los permisionarios dejan de pagar su consumo, sino que también distribuyen energía a sus “compañías asociadas” en todo el país. Así opera, por ejemplo, Iberdrola con sus enormes plantas de autoabasto, que generan 527 megavatios; Tractebel, con 229; Termoeléctrica Peñoles, con 230; Termoeléctrica del Golfo, con 230; Energía Azteca, con 131, y Enertek, que tiene un permiso de cogeneración.

Estas plantas operan para autoabastecer a amplios sectores de clientes que le quitan a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y a Luz y Fuerza del Centro. Por ejemplo, Iberdrola ha sido autorizada por la CRE para modificar una y otra vez su “cartera de clientes”, que abarcan importantes empresas vidrieras, cementeras, papeleras y de otros sectores. Lo mismo en el estado de México, que en Guerrero, Michoacán, Puebla, Veracruz y otras entidades.

“Se trata de verdaderos sistemas eléctricos privados, auspiciados por las trasnacionales disfrazadas, que usurpan las funciones constitucionales de la energía eléctrica nacionalizada, desintegrando a la industria nacional o al sistema eléctrico nacional”, señaló Esparza Flores, y apuntó que para completar el panorama, la CRE ha repartido concesiones a infinidad de plantas privadas pequeñas, que forman un sistema “virtual”, que incluso pone en riesgo la operación del sistema eléctrico nacional.

Además, la mayoría utilizan plantas pequeñas de respaldo, con base en diesel, pese a que muchas están enclavadas en grandes centros urbanos. Es el caso de Enertek, Micase, Energía Azteca III, Hidroelectricidad del Pacífico, Proveedora de Electricidad de Occidente. No quepa la menor duda, se privatiza. La entrega del recurso está a la vista, dijo.

Las obras nuevas, sean en la industria petrolera o en la eléctrica, están siendo realizadas por empresas extranjeras, pero a la CFE como a Pemex no les permiten crecer, y las endeudan enormemente por medio de los Piridegas desde hace más de 10 años; persisten en vulnerar sus capacidades técnicas; retraen el potencial científico del país; socavan la esencia de las empresas; embargan y endeudan el futuro energético del país, apuntó el líder del SME, y señaló que la soberanía energética esta en declive si no es que ya tiende a desaparecer.

Planteó que los permisos se disfrazan de autorizaciones para “autoconsumo”, pero significan la base de un sistema eléctrico privado, que se vale de las redes públicas, ya que estas empresas requieren servicios de transmisión y respaldo que obligan a la expandir la red pública y, más aún, a la instalación de una reserva adicional de generación, todo con cargo al erario.

 
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