■ Entrega directa, en lugar de consignar la obra, una de las medidas más destacadas
Se apuntala el mercado del arte en el país; reflejo de las transformaciones mundiales
■ El sábado pasado, en la casa Louis C. Morton, se subastó un lote de 210 piezas por casi 3 millones de pesos
■ Volcán en erupción, de Siquieros, la que alcanzó mayor precio: 315 mil
Ampliar la imagen Aún falta ampliar la cultura del coleccionismo, incluso en sectores sociales no acomodados, pues se trata de una inversión, expresó Vivian Gorinstein, encargada de mercadeo de la casa Morton. La imagen, momento de la puja por Protesta (1983), de Rufino Tamayo Foto: Yazmín Ortega Cortés
Las transformaciones que tienen lugar en los mercados mundiales del arte –como las innovaciones tecnológicas, el uso de medios de comunicación para la venta de obra a distancia y los modos en que los artistas colocan su trabajo entre los compradores– también comienzan a observarse en México.
Por ejemplo, durante una subasta de obras de arte de creadores mexicanos y de otros países, la noche del pasado jueves 2 de octubre en la casa Louis C. Morton, quedó de manifiesto la cada vez mayor consolidación de esos cambios, como la venta por Internet o por teléfono, “en ausencia”.
Pero quizá una de las transformaciones más importantes sea la entrega directa de obra, por parte de artistas y coleccionistas, a las casas subastadoras, en lugar de sólo dejarlas a consignación en las galerías para su exhibición y venta, como era tradicional.
Habría que recordar la subasta hace unos días en la casa Sotheby’s, en Londres, de un lote de 223 nuevas obras del artista conceptual británico Damien Hirst, quien vendió el récord de un total de 198 millones de dólares, con lo que marcó el parteaguas de haber “brincado” el filtro de las galerías, más lento en sus procesos.
Y el pasado jueves, mientras en el Zócalo concluían las manifestaciones para recordar los 40 años de la masacre del 2 de octubre, en Lomas de Chapultepec, en la calle de Athos, la experiencia de la subasta británica tuvo una especie de réplica, guardadas las proporciones, en la casa Morton, con un lote de 210 obras de artistas mexicanos del siglo XX, y algunos extranjeros, propiedad del coleccionista “A.M.G”.
En el lote, que se vendió en su mayor parte por más de 2 millones 700 mil pesos, figuraban sobre todo nombres mexicanos, como David Alfaro Siqueiros, Rufino Tamayo, Diego Rivera, Francisco Toledo, Leonora Carrington, Juan Soriano, Carlos Mérida, Arturo Rivera, Chucho Reyes, José Chávez Morado, Pablo O’Higgins, Rafael Coronel, Vicente Rojo, José Luis Cuevas, Gustavo Montoya y Gerardo Murillo, el Dr. Atl. Y algunos pocos extranjeros, como Miró y Picasso.
El volcán de Siqueiros
La obra que alcanzó el mayor precio fue Volcán en erupción, acrílico sobre masonite de Siqueiros, con 315 mil pesos, y también fue una por las que más se pujó, pues el precio inicial fue de 180 mil. Otra que alcanzó un precio alto fue un Tamayo, Sin título, grafito y crayón sobre papel, que alcanzó 185 mil pesos.
La mencionada obra de Siqueiros, por cierto, fue la que se eligió para ilustrar la portada del catálogo de la subasta del pasado jueves, mientras una de Tamayo ilustró la contraportada, Protesta, 1983, mixografía sobre papel (78 de 100), que se vendió en 88 mil pesos.
Entre algunas bebidas y bocadillos, la subasta, a la que se inscribió una veintena de compradores, quienes portaban sus “paletas” numeradas, transcurrió a lo largo de más de dos horas.
Consultada al final de la subasta por La Jornada, Vivian Gorinstein, encargada de comunicación y mercadeo de Morton, comentó que, en efecto, los cambios mundiales se están dando en México.
Sin embargo, agregó que aquí todavía hace falta ampliar la cultura del coleccionismo y de la compra de arte, incluso en sectores sociales no acomodados, pues se trata de una inversión cuyos precios siempre van en aumento y hay obras de arte o antigüedades con valores mínimos de entre 200 o mil pesos.
Gorinstein dijo que también hace falta en México mayor divulgación de las subastas, pues los medios de comunicación tienden a centrar su atención en las casas extranjeras de Londres y Nueva York.