■ Con permisos apócrifos ocupa zona reservada para levantar edificio de oficinas
Firma constructora devasta amplia zona boscosa en Cuajimalpa: vecinos
■ Realizan excavación de 70 metros de profundidad en la colonia Vista Hermosa, denuncian
Ampliar la imagen Aspecto de la excavación Foto: Alejandro Cruz Flores
Al amparo de licencias de construcción irregulares, una amplia zona boscosa fue talada para realizar una excavación de 70 metros de profundidad con el propósito de construir un edificio de oficinas de 10 niveles, denunciaron vecinos de la colonia Vista Hermosa, en la delegación Cuajimalpa.
Se trata del paraje conocido como La Angostura, que actualmente es propiedad del Instituto de Investigaciones Humanas, cuyos representantes, por su parte, denunciaron la invasión de una fracción del terreno, donde se colocaron en un lugar visible, como marca la ley, dos manifestaciones de obras con direcciones y números de licencia distintos.
Para justificar los trabajos, en primera instancia se puso un anuncio en el que se señalaba que se trata de una obra nueva, con licencia DI-M/020/08-B, en la cual aparece como propietario Óscar Barragán Cobrián, con dirección Lomas de Vista Hermosa, número 80 y con una vigencia de abril de 2008 al mismo mes de 2011.
Pero al enterarse que vecinos y propietarios del predio habían presentado una denuncia ante la Procuraduría Ambiental y del Ordenamiento Territorial por lo que se iniciaría una investigación, se cambio el anuncio por otro con un número de licencia distinto, VI-M/018/08/-C, con domicilio en Paseo de Tamarindo número 384, expedida en marzo pasado y sin proporcionar el nombre del propietario del terreno.
Pero además, al solicitar información sobre la legalidad de los permisos, el jefe delegacional Remedios Ledesma García, aseguró a los inconformes que ninguna de las manifestaciones de obra mencionadas coincidía con la información y documentación proporcionada a la delegación, en la que aparece como supuesto dueño del terreno Eduardo Caín Yerena, razón por la cual se ordenó la clausura, “aunque el daño ya está hecho”, señaló Valentín Zorrilla González, administrador del Instituto de Investigaciones Humanas.
Ante esta situación el también representante legal del citado instituto, señaló que preparan una denuncia penal por daños ecológicos y despojo contra quien resulte responsable, pues, dijo, además de invadir propiedad privada, el daño ambiental provocado es muy severo, ya que fueron talados por lo menos dos mil árboles entre encinos y frutales, de uno de los pocos pulmones verdes que quedan en la ciudad, devastación que ha ocasionado la desaparición de aves y animales como conejos, ardillas y tlacoaches.
De acuerdo con documentos del Registro Público de la Propiedad, el predio de La Angostura fue vendido en 1986 por Erasmo Reséndiz, quien se dedicó a la protección de las áreas verdes del predio, al Instituto de Investigaciones Humanas, dedicado a estudios sobre la conducta. “Ni nosotros, como propietarios legales, podemos hacer ese tipo de trabajos porque se trata de un área verde protegida”, según marca el Programa Delegacional de Desarrollo Urbano.
Pero desde 1994 hubo intentos de invadir el predio con el propósito de robar la madera o establecer asentamientos irregulares, uno de ellos encabezado por José Ricardo Martínez de Castro y Sergio Frausto Fabre, quienes intentaron hacerse del terreno, tanto por la fuerza como por la vía legal. Finalmente, en 2002 el juzgado penal 17, derivado del juicio de amparo directo 343/2002, emitió un fallo en el que se reconoce que la propiedad legal del predio es del instituto.
Sin embargo, los intentos por hacerse por una parte de esa zona boscosa continuaron, al grado de que valiéndose de documentación y permisos expedidos por la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda se iniciaron una serie de trabajos para construir edificios de oficinas de 10 niveles, al borde de la avenida Paseo de Tamarindo, afectando tres mil 700 metros de área de valor ambiental protegida, por lo que vecinos y propietarios del predio han buscado el apoyo de autoridades y organizaciones ecologistas para detener este ecocidio.