■ Estudiantes, clientela habitual; acuden inclusive menores de 12 años
Avenida de Naucalpan, convertida en zona roja; funcionan al menos siete giros negros
Naucalpan, Méx., 4 de octubre. Al menos siete antros y bares han convertido la esquina de las avenidas Jardines de San Mateo y México, a unas cuadras del palacio municipal, en zona roja, donde confluyen jóvenes e inclusive niños de 12 años, quienes llegan a consumir alcohol, escuchar música estridente y protagonizan escándalos.
En menos de tres años, un taller mecánico, una panadería, una casa habitación y un servicio de Internet ubicados en la avenida Jardines de San Mateo se transformaron en los giros negros El Secreto, La Tenebrosa, La Hueva y El Peje.
Los antros se ubican al paso de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Acatlán, del Colegio de Ciencias y Humanidades, así como de escuelas secundarias, entre ellas la Maximiliano Ruiz Castañeda y Cuauhtémoc. Las comunidades estudiantiles forman parte de la clientela de esos negocios.
El pasado jueves, el vecino Víctor Manuel Herrera Martínez fue golpeado por cuatro jóvenes que salían de uno de esos giros. La autoridad inició la averiguación Nau/II/4157/08-10. Esta misma semana una estudiante de la FES Acatlán fue rescatada por un grupo de vecinos cuando sufría vejación sexual.
Estas agresiones alertaron a los vecinos de las colonias Santa Cruz Acatlán, Bosque de los Remedios, Las Américas y Echegaray, quienes en una reunión exigieron al alcalde, el panista José Luis Durán Reveles, clausurar los establecimientos que obligan a sus familias a vivir con temor a ser golpeados, asaltados o amenazados.
“Si cuando (Durán Reveles) era dirigente del PAN, por falta de estacionamiento promovió la clausura del antro El Cerebro, ahora siendo presidente municipal, ¿por qué no cierra estos negociosos?”, se preguntó Mercedes Alcántara, al explicar que el alcalde ha recibido quejas de los vecinos desde mayo.
Antonio Ramírez González, otro vecino, explicó que ese mes Durán Reveles prometió a los vecinos que “presidente y comunidad caminarían de la mano para tratar el problema; dijo que en un mes tendríamos resultados, pero ese mes no llega”.
“Ya estamos cansados, ¿cómo le hacemos entender al alcalde que así no podemos seguir viviendo?”, dice María Elena Izaguirre, quien con su esposo Juan Hernández Mayen tiene una sastrería ubicada entre La Tenebrosa y El Secreto, este último abierto hace un año, ya en la gestión de Durán Reveles.