■ “No necesitamos ningún espionaje de nadie” en la lucha contra el narco, puntualiza
Ratifica Evo Morales rechazo a plan de EU de vigilar la producción de coca boliviana
■ Asienta que no habrá “erradicación forzosa”, “pero tampoco puede haber libre cultivo” de la planta
Ampliar la imagen El presidente Evo Morales, ataviado con un collar de hojas de coca, frutas y flores, en el marco de una masiva concentración de cocaleros, ayer, en La Asunta, en la región de Los Yungas, a 80 kilómetros de La Paz Foto: Ap
La Paz, 4 de octubre. El presidente de Bolivia, Evo Morales, ratificó hoy su rechazo a una solicitud de la agencia antidrogas de Estados Unidos (DEA) para sobrevolar el país andino en labores de control de la producción de la milenaria hoja de coca, al puntualizar que “no necesitamos ningún espionaje de nadie” en la lucha contra el narcotráfico.
“Hace dos, tres días atrás, me informaron de una petición que la DEA quiere sobrevolar Bolivia; eso no aceptamos, ninguna DEA, ningún estadunidense puede estar sobrevolando el territorio nacional”, dijo el mandatario en una masiva concentración de productores de coca en La Asunta, en la región subtropical de Los Yungas, a unos 80 kilómetros de La Paz.
“So pretexto de luchar contra el narcotráfico, so pretexto de control de los cultivos de coca quieren sobrevolar el país. Nosotros vamos a demostrar sindicalmente, comunalmente, orgánicamente, que aquí nosotros nos controlamos internamente, no necesitamos ningún espionaje de nadie”, aseveró el mandatario, que sigue siendo además líder de los cocaleros.
Tras puntualizar que en esta zona “no va a haber erradicación forzosa” de plantaciones de coca, “pero tampoco puede haber libre cultivo de coca”, el gobernante insistió en que no necesitan del control de la DEA para que estos cultivos no se expandan en la región, que también produce café, té y frutas varias, y que en ese tenor se dirigía a la comunidad internacional.
La determinación de Morales ocurre en momentos en que las relaciones entre Washington y La Paz atraviesan una de sus peores crisis con la expulsión recíproca de embajadores, luego de que Bolivia acusó al gobierno de George W. Bush de estar alentando a la oposición de derecha en acciones de separatismo y desestabilización del país.
Además, el mandatario boliviano avaló recientemente que los dirigentes de la región cocalera del Chapare expulsaran de la zona a miembros del organismo estadunidense de cooperación USAID y de agentes de la DEA. En represalia, Estados Unidos intenta limitar el acceso comercial boliviano a su mercado a través de un sistema regional de preferencias arancelarias (ATPDEA), aun cuando sigue siendo el principal aportante en la lucha antidrogas boliviana con 66 millones de dólares anuales.
En otro orden, el presidente Morales reiteró su llamado a los prefectos opositores a abstenerse de poner trabas al diálogo, al reafirmar su deseo de que este domingo se reúnan en Cochabamba para firmar con todas las regiones un acuerdo nacional para garantizar la unidad del pueblo boliviano y para garantizar las autonomías de los pueblos, pero no de las “logias” como llama a las élites.
El Consejo Nacional Democrático, que aglutina las autoridades de Beni, Chuquisaca, Santa Cruz y Tarija, reiteró que los prefectos asistirán a la reunión con el mandatario, pero que no firmarán ningún acuerdo, al insistir en que hay persecución política contra sus autoridades y líderes cívicos.
En contraposición, el gobernante Movimiento al Socialismo advirtió que primero los prefectos deberán responder por los “actos terroristas” que a su juicio se cometieron en sus jurisdicciones, donde un enviado especial de la ONU dice tener informes de que en los recientes enfrentamientos de seguidores del gobierno y opositores hubo mucho más de 18 muertos, principalmente en Pando.