■ Es hora de mirarnos y reconocernos para empezar a respetarnos, dice Pablo César Groux
La cultura no debe sucumbir ante “especuladores del dinero”
■ En Bolivia el arte no es un furgón de cola; posee la fuerza para impulsar a la locomotora, advierte
■ El funcionario del gobierno de Evo Morales disertará acerca de la revolución cultural en su país
Ampliar la imagen Obra de Mamani Mamani, pintor boliviano reconocido a escala internacional, quien plasma “el espíritu de los colores” de su patria Foto: La Jornada
Ampliar la imagen Pablo César Groux, ayer, durante la entrevista con La Jornada Foto: Yazmín Ortega Cortés
La cultura nunca debe ser sometida a especulaciones siniestras o delincuenciales, por eso, “ante la crisis económica a la que están llevando al mundo los grandes especuladores del dinero, la cultura no se debe sacrificar”, considera Pablo César Groux, viceministro de Desarrollo de Culturas de Bolivia.
De visita en México para participar en el primer Congreso de Cultura Iberoamericana, el funcionario habla con La Jornada de los cambios que ha vivido su país, “y que son un ejemplo”, desde aquel memorable 18 de diciembre de 2005 cuando los bolivianos otorgaron el poder a un indígena aymara.
Los “siempre” de antes ya no existen en Bolivia a partir de llegada al poder de Evo Morales, insiste el viceministro, quien defiende la idea de que en su patria la cultura no es el furgón de cola, sino uno de los carros principales que, inclusive, tendrá la fuerza suficiente para empujar a la locomotora si ésta falla.
Atención a la juventud indígena
Con ese hablar lleno lo mismo de metáforas que de certezas, Pablo César Groux explica: “Para quienes estamos en cultura los números no existen, son abstracciones, nunca hemos visto un cinco creciendo en los campos, un ocho nadando en el mar.
“Lo más importante para nosotros son las ideas, los conceptos, la visión y lo hemos demostrado en todos los escenarios, en todos los países: después de tener la idea y el concepto hemos encontrado los números. No pensemos al revés.
“Es hora de mirarnos, reconocernos, para empezar a respetarnos. Hablar de nosotros para nosotros, para consolidarnos, ya después será tiempo de exportarnos. Ahora tenemos la oportunidad de generar iniciativas más nuestras, más auténticas”, señala acerca del respaldo sin cortapisas que se tiene en Bolivia no sólo para la cultura indígena, sino para las tradiciones y la milenaria cosmogonía que dio origen a su nación.
Para muestra, continúa Groux, “está el trabajo que realiza el pintor Mamani Mamani, quien ha plasmado en su obra –de gran prestigio internacional– los colores del espíritu boliviano, o el maestro Sergio Prudencio quien, con su Orquesta Nacional de Instrumentos Nativos, “da una connotación absolutamente distinta a la enseñanza de la música, pues además de trabajar con niños y muchachos que emigran del campo a la ciudad, en lugar de enseñarles a tocar en una flauta traversa, tocan una quena, instrumentos con los que ellos se reconocen”, añade el funcionario al reconocer el reto inmenso ante estas iniciativas.
Hay que atender, sobre todo, a la juventud indígena, puntualiza Groux, pues este sector “además de tener sus propios conflictos de integración y desarrollo, está participando en sus propios proyectos artísticos, sumándose al mundo mediante la tecnología.
“Atenderlo debe ser un desafío importante para los países que aspiren al equilibrio en sus sociedades.”
Botín de muchos
Pablo César Groux afirma que la cultura “ha sido botín de muchos y también herramienta nefasta, pues la han utilizado los grandes medios de comunicación, como instrumento de manipulación ideológica, y para ejemplo ahí está Hollywood.
“Otro es la privatización de la televisión, la cual era una herramienta para la comunicación, ahora lo es para la imposición ideológica y discursiva. Por fortuna, existen otro tipo de medios que nos permiten una comunicación mucho más horizontal.
“Es mentira lo que dicen las televisoras privadas, que le dan a su público lo que les pide. Las personas ya no encienden un aparato a esperar pasivos a ver qué ocurre ahí, interpelan, cuestionan, apagan el televisor, escriben.”
Groux informó que su gobierno ha tenido interesantes acercamientos con funcionarios del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes para echar a andar iniciativas conjuntas.
“Los bolivianos tenemos una buena oportunidad para recuperar nuestra producción audiovisual por medio, también, de un convenio de apoyo solidario con la Agencia de Cooperación Española.
“Europa tiene, hoy por hoy, una visión menos interesada en América Latina que Estados Unidos, por tanto, guarda prudente distancia sin dejar de ayudar. Eso está bien.”
Este viernes, Pablo César Groux ofrecerá una charla acerca de la revolución cultural en Bolivia, en la que también participará Jorge Mansilla, embajador de ese país en México.
La cita es a las 16:30 horas en el auditorio 25 de Mayo de la sección 9 del SNTE, ubicado en calle Belisario Domínguez 32, esquina Allende, Centro Histórico, estación Allende del Metro. La entrada es gratuita.