■ Greenpeace asegura que la Sagarpa tiene parcelas ilegales en la zona noreste del estado

El gobierno, promotor del maíz transgénico en Chihuahua: ONG

■ Demanda a las autoridades dejar de criminalizar a los pequeños productores que usan el grano

■ Existe riesgo de que la “contaminación” se propague a La Laguna y otras regiones, advierte

Miroslava Breach Velducea (Corresponsal)

Chihuahua, Chih., 2 de octubre. Miembros del grupo ecologista Greenpeace, así como de otras organizaciones no gubernamentales (ONG) y campesinas protestaron en las delegaciones de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) en esta capital y en Ciudad Cuauhtémoc.

Los manifestantes, quienes dejaron frente a las instalaciones de la dependencia mazorcas de maíz transgénico como presunta evidencia de sus hallazgos, exigieron a la Sagarpa asumir su responsabilidad por la siembra ilegal de parcelas con maíz modificado genéticamente en la región noroeste de Chihuahua.

Activistas de Greenpeace, El Barzón, el Frente Democrático Campesino y el Centro de Derechos Humanos de la Mujer, entre otras ONG, llegaron a las oficinas de la Sagarpa en la capital de Chihuahua con cajas que contenían mazorcas recolectadas en parcelas sembradas con transgénicos.

Las muestras estaban dentro de bolsas selladas herméticamente, marcadas con la leyenda “¿Más evidencias? Maíz transgénico igual a contaminación”, las cuales arrojaron a la puerta del titular de la delegación de la dependencia en Chihuahua, Carlos Aguilar Camargo.

Los activistas de Greenpeace, vestidos con overoles blancos, mascarillas y guantes, exigieron al delegado de la Sagarpa medidas de protección al maíz mexicano, ante las “evidencias de contaminación” con semillas transgénicas sembradas ilegalmente en 70 hectáreas en el municipio de Cuauhtémoc, una de las principales zonas productoras del cereal en la entidad.

Aleira Lara, coordinadora de la campaña de agricultura sustentable y transgénicos de Greenpeace, exigió que se deje de criminalizar a los pequeños productores que cultivaron parcelas con maíz transgénico, pues las autoridades han sido omisas en vigilar la entrada de semillas modificadas.

“No necesitamos más evidencia de la amenaza para el maíz, principal alimento de los mexicanos. Las autoridades de la Sagarpa permitieron la contaminación de nuestro estado, y serán las responsables si se extiende a escala nacional por no tomar medidas para responder ante esta emergencia. El maíz amarillo producido en Chihuahua se distribuye a otras entidades del país, entre ellas el estado de México, Jalisco y la región Lagunera (que abarca parte de Durango y Coahuila), para alimento del ganado lechero”, afirmó por su parte Gabino Gómez, dirigente de El Barzón en Chihuahua.

Luz Estela Castro, activista del Centro de Derechos Humanos de la Mujer, afirmó que la contaminación por granos transgénicos es una violación a una de las garantías fundamentales del pueblo mexicano: el derecho a una alimentación sana.

A las acciones de Greenpeace se sumaron organizaciones ecologistas de la entidad, entre ellas el Centro de Asesoría Comunitaria, que demandó a las autoridades federales y estatales castigo a los responsables del ingreso ilegal de semillas transgénicas a México, respeto al derecho a la información de los productores agrícolas, y que se declare la sierra Tarahumara zona libre de granos genéticamente modificados, por ser una región de reserva de semillas nativas.

Greenpeace y las otras ONG también protestaron en Ciudad Cuauhtémoc, donde agricultores menonitas afiliados a la Unión de Productores y el Consejo Estatal Agropecuario de Chihuahua, que impulsan la siembra de transgénicos, realizaron el segundo Foro del maíz y otros granos.