■ Los candidatos a la vicepresidencia de EU compiten por definirse como el equipo “del cambio”
“Nada que cambie el juego” tras el debate de Palin y Biden: analistas
■ Gana el combate el demócrata con 51%; vota por la republicana 39%, según encuesta rápida
Ampliar la imagen Acompañados de familiares, los candidatos a la vicepresidencia de Estados Unidos, la republicana Sarah Palin y el demócrata Joe Biden, poco después del debate realizado en la Universidad Washington en San Luis, Misuri Foto: Ap
Nueva York, 2 de octubre. El primero –y único– debate entre los dos candidatos a la vicepresidencia de los principales partidos, tuvo casi nada que ver con un diálogo serio sobre propuestas políticas y proyectos de nación, sino sobre si Sarah Palin, la candidata republicana a la vicepresidencia, cometería una barbaridad o no y si esto marcaba el fin de su estrellato en el escenario político nacional.
El nivel de expectativa para Palin esta noche era tan bajo que casi lo único que tenía que hacer la gobernadora de Alaska era decir algunas frases muy ensayadas. Después de un par de entrevistas con ABC News y con CBS News en las que se comprobó su asombrosa falta de experiencia y conocimiento para alguien que podría ser presidente, una vez más señaló que como gobernadora de Alaska tiene experiencia con las relaciones internacionales, ya que ese estado es vecino de dos países, Canadá y Rusia, y que no podía identificar un fallo de la Suprema Corte más allá del que se emitió sobre el aborto en 1973, entre otras cosas. La estrategia esta noche era ofrecer respuestas breves y evitar abundar más para no evidenciar su ignorancia.
Y el resultado: Palin no cometió un error garrafal ni se tropezó al mantenerse apegada a un guión donde a veces ni respondía a la pregunta –de hecho en un momento dijo que “podría no responder directamente a ti ni a la moderadora, voy hablar directamente al pueblo estadunidense”– pero reiteró de manera efectiva su mensaje: yo no soy de Washington y junto con John McCain vamos a reformar ese lugar.
El intercambio de 90 minutos que cubrió temas nacionales e internacionales no tuvo un momento decisivo, y los analistas y comentaristas instantáneos coincidieron en que nada ocurrió esta noche “que cambie el juego” en la competencia electoral, aunque el consenso fue que al no cometer ningún error obvio, Palin sí superó las muy bajas expectativas sobre este performance.
En una encuesta casi instantánea de CNN/opinión Research, 84 por ciento opinó que ella superó las expectativas, aunque 51 por ciento cree que Joe Biden, el candidato a la vicepresidencia demócrata, ganó, contra 39 por ciento que opina que ella triunfó.
El enfrentamiento entre la novata política (a nivel nacional) Palin y el veterano senador con 36 años de carrera y ex precandidato presidencial Joe Biden provocó enorme curiosidad y aunque tradicionalmente el debate entre los segundos de fórmula no tiene gran impacto en las elecciones presidenciales, este tenía el potencial de ser diferente. De hecho, se realiza en una coyuntura crítica donde la clase política enfrenta la crisis financiera más grave desde la Gran Depresión, lo cual impacta la competencia electoral. Por primera vez, lo que ha sido un empate técnico durante meses entre Barack Obama y John McCain ahora –en gran medida por esta crisis– ha cambiado las tendencias favoreciendo al candidato demócrata.
Un observador veterano de estos eventos comentó a La Jornada que “esto no llevó a que alguien cambiara de opinión para un lado u otro; pero McCain sí necesitaba que eso ocurriera en su favor”.
Ambos compitieron por definirse como el equipo del “cambio” y que es tiempo de rescatar el sueño americano para los estadunidenses ordinarios.
Palin, empleando su sonrisa de concursante de belleza (hasta guiñó una vez), repitió que es “hora de algo nuevo” en Washington, reprobó la “avaricia y la corrupción tanto en Wall Street como en Washington”, y recordó que “yo vengo de la clase media de America… y ahí se desea que dejen que el sector privado y las familias sean los líderes, no el gobierno”. En otro momento, al responder a su contrincante, dijo “es tan obvio que soy de afuera de Washington y que no entiendo cómo funcionan ustedes, primero dicen que votaron por algo y después que fue en contra, los estadunidenses quieren una respuesta directa”.
Palin repitió su experiencia “ejecutiva” como alcalde y ahora gobernadora, experta en asuntos energéticos, celebró el “excepcionalismo” estadunidense ante el mundo como país “faro”, y “fuerza por el bien”, insistió que “estamos ganando en Irak” y que la propuesta de sus contrincantes de un retiro es “una bandera blanca de rendición”. Y prometió que con ella y McCain “el cambio está por venir”.
La estrategia de Biden era evitar ser condescendiente, e igual que Palin, recordar sus orígenes modestos de una familia trabajadora, y vincular a McCain con Bush. Con respuestas mucho más detalladas y refinadas que Palin, intentó enfatizar que tanto en el ámbito económico como en asuntos del exterior las políticas de Bush “han sido un fracaso” y que sus contrincantes sólo “serán más de lo mismo”. Acusó a McCain y su partido de promover la desregulación que permitió el desastre financiero en Wall Street, y advirtió que las políticas económicas de su contrincante sólo beneficiaán aun más a los ricos y las empresas petroleras.
Al responder a la acusación de Palin de que él sólo estaba mirando hacia el pasado cada vez que criticaba las políticas de Bush, Biden dijo “el pasado es prólogo”, y subrayó que “no hay nada en las propuestas políticas de McCain que marquen diferencias con las de George W. Bush”.
Disputaron si el cambio climático es resultado de las actividades humanas o no (ella decía que en parte, él decía que está comprobado que por supuesto); sobre propuestas energéticas, y sobre si uno debe negociar con los “adversarios” ella dijo que es irresponsable proponer sentarse a negociar cara a cara con “dictadores peligrosos” como los presidentes de Irán, Corea del Norte o “los hermanos Castro”.
Decenas de millones de televidentes se sintonizaron para observar la actuación entre ambos candidatos en las cadenas nacionales desde la Universidad Washington en San Luis, Misuri. Pero el enfoque fue sobre Palin, quien por unas semanas después de ser nominada de manera sorprendente en agosto fue proclamada como “una nueva estrella política” que podría llevar a McCain al triunfo a pesar de un panorama pesimista para los republicanos. Pero con el tiempo, su brillo se ha venido opacando. De hecho, ayer una encuesta de CBS News/New York Times registró que 51 por ciento cree que no está calificada para ser presidente y sólo 37 por ciento opinaba que sí, lo cual es un giro casi completo con la opinión registrada hace un mes, cuando 52 por ciento decía que sí estaba calificada para ocupar la presidencia.