Usted está aquí: miércoles 1 de octubre de 2008 Política Miles de militares y sólo 327 estudiantes durante el tradicional desfile en Morelia

■ Las calles lucieron vacías; en el campanario de la catedral se colocaron francotiradores

Miles de militares y sólo 327 estudiantes durante el tradicional desfile en Morelia

Claudia Herrera y Ernesto Martínez (Enviada y corresponsal)

Morelia, Mich., 30 de septiembre. El tradicional desfile del 30 de septiembre se convirtió, tras los atentados de hace 15 días, en una amplia demostración militar por aire y tierra. En el acto predominó la presencia de efectivos del Ejército y la Marina en vez de miles de niños de primaria y secundaria, que esta vez no marcharon por las calles.

A unos pasos de la plaza Melchor Ocampo, donde estalló la primera granada el pasado 15 de septiembre, comenzó la marcha de las fuerzas federales teniendo como escenografía tres vehículos militares que estaban apostados frente a la catedral de Morelia con una gran bandera de México de fondo.

A diferencia de años anteriores, uno de los actos cívicos más significativos para los morelianos que celebran el natalicio de José María Morelos y Pavón no duró tres horas, sino que se redujo a 34 minutos, y por primera vez fue atestiguado desde el balcón central de palacio de gobierno por el presidente Felipe Calderón y los titulares de Defensa, Marina y Gobernación, que acompañaron al gobernador perredista, Leonel Godoy, como una señal de que en Michoacán hay una ambiente de normalidad.

Sin embargo, el parte que dio el responsable del desfile, Arturo Pérez Cabello, si bien dio cuenta que no hubo novedades, también reflejó el toque militar que tuvo este acto cívico: participaron 3 mil 558 elementos del Ejército y la Fuerza Aérea, además de 65 vehículos militares y 24 aviones, y sólo 327 alumnos de educación superior y 33 charros.

Hoy las calles de Morelia lucieron vacías y en silencio, pero con un despliegue de seguridad que impedía el acceso al centro histórico y a la plaza Morelos, donde se efectuó la ceremonia cívica del 243 aniversario del natalicio del Siervo de la Nación.

Para ingresar a la zona de las actividades que presidieron Calderón y Godoy, se instalaron 14 filtros de revisión, incluyendo arcos detectores de metales. Además, había francotiradores en el campanario de la catedral y en el techo del palacio de gobierno –recinto al que sólo tuvieron acceso funcionarios federales y locales, así como familiares del gobernador y legisladores de distintos partidos políticos.

El acceso al acto cívico de la plaza Morelos fue difícil para un número importante de ciudadanos y funcionarios debido a la falta de información sobre el cerco perimetral de seguridad.

La asistencia de morelianos fue inferior con respecto a la de otros tiempos, en que las familias incluso un día antes acomodaban enlazadas sus sillas para tener lugar en primera fila, porque muchos ya no alcanzaban espacio a causa de la aglomeración.

Hace un año, después de este acto cívico, la plaza Melchor Ocampo era una feria donde se vendían banderas, sombreros, globos y decenas de pequeñas atracciones. Después del mediodía venía la verbena popular, música en la plaza Juárez, y en los alrededores puestos de comida. Esta tradición también fue suspendida.

 
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