Ante la violencia y las provocaciones

Madurez de los indígenas ecuatorianos

El 20 de agosto unos mil efectivos policiacos mezclados con elementos “civiles”, atacaron por aire y tierra a 150 familias asentadas en lo que se conoce con las complicadas señas de Barrio la Merced, Sector Eloy Alfaro, entrada Unión Base, kilómetro 2 de la vía Macas en Puyo, provincia de Pastaza, en una de las entradas a la Amazonía ecuatoriana. El helicóptero arrojó desde el aire los gases lacrimógenos y los hombres a caballo y los perros amaestrados invadieron el predio agrediendo físicamente a hombres y mujeres desarmados, embarazadas, niños y personas de la tercera edad, para después incendiar con gasolina las casas, los enseres domésticos y los cultivos y expulsar a estas familias, con amenazas de muerte, de lo que consideran sus terrenos ancestrales. Tres días después la gente se-guía pernoctando a la vera del río sin que tuvieran siquiera con qué taparse. Según un comunicado de la Confede-ración de Nacionalidades Amazónicas del Ecuador (Confenaie) los agresores adujeron que cumplían orden expresa del presidente Rafael Correa en “aplicación anticipada de la nueva Constitución en el proceso del referéndum aprobatorio. Dicho desalojo terrorista, cruel y criminal no tenía carácter de legalidad alguna, al contrario, las autoridades han cometido atropellos y violado normas legales y jurídicas del país, utilizando una orden de desalojo caducada. Por tanto la Confenaie solicita la intervención inmediata de las autoridades competentes de la justicia ecuatoriana con el fin de realizar una exhaustiva investigación del caso y sancione con todo el peso de la ley a los autores, encubridores y cómplices que auspiciaron estos actos terroristas contra los verdaderos propietarios de los terrenos en posesión ancestral”.

Extrañan varios aspectos de este incidente.

El primero es que esto ocurra en los días previos al referéndum para aprobar una Constitución tejida en un arduo proceso de diálogo entre la sociedad ecuatoriana, que efectivamente impulsó el presidente Correa aunque luego en los reglamentos se hayan desactivado muchos de sus párrafos más incisivos, asunto que ha concitado la más acre crítica de los sectores progresistas afines u opuestos al gobierno de la “Revolución Ciudadana”. Con todo, el mes de agosto y prácticamente todo septiembre la gente está considerando el si o el no y es muy claro que la mayor parte de la gente propensa al no es la gente ligada a los grupos de derecha, oligarcas y entreguistas, que no han dejado de provocar incidentes. Entonces, cuando el movimiento indígena independiente emplaza al gobierno de Correa a que se defina con mayor claridad a favor de la gente, surgen dudas de si el desalojo no pudiera ser una provocación montada por quienes querrían que el movimiento indígena, masivamente, votara por el no. Extraña más cuando los perpetradores calificados atinadamente de terroristas por la Confenaie, insistían en que era orden expresa de Correa. “¿Será que a Correa no le convenga la famosa Constitución y que hace todo lo posible por desfondarla para tener pretexto de hacer lo que le pegue la gana? Eso sí sería muy raro.

Lo cierto es que durante prácticamente todo el año la Conaie estuvo llamando a las instancias de gobierno a dialogar sobre la situación agraria de las familias desalojadas y nunca recibió respuesta alguna. En su comunicado, la Conaie (que incluye como organización a la Confenaie) afirma que “recibió testimonios que el desalojo se dio a partir de una orden que ya había prescrito. Además, recibimos testimonios sobre una presunta negligencia de la intendenta de Pastaza, quién se habría negado de manera reiterada y en días anteriores, a recibir el escrito por el que se pedía la prescripción de la orden de desalojo”. El comunicado agrega: “Debemos insistir en que condenamos el uso de la violencia, la desproporción de la intervención de la policía, la presencia de civiles entre los que actuaron en el desalojo, la destrucción e incendio de viviendas incluso con bienes al interior, el maltrato hacia mujeres y niños”.

Pero la Conaie también entiende que el asunto es más enredoso de lo que parece porque hay también, por todo el país, como en todo el continente, esa actitud corrupta de quienes ejercen las normas para favorecer los intereses de particulares mediante la superposición de planos y adjudicaciones, por lo que la situación agraria en la entrada de la selva (y en la selva misma) hacen que Conaie insista en que: “Son necesarias medidas urgentes que eviten la especulación de tierras, ocupaciones ilegales, superposición de adjudicación de tierras sobre tierras indígenas, lo que debe complementarse con políticas reguladoras y garantes de un desarrollo urbano legal y adecuado desde la perspectiva social, ambiental y cultural”.

A unos días de un referéndum donde el factor indígena será clave, este desalojo podría haber tenido repercusiones que sólo la prudencia de Conaie pudo sortear, ahora sí que saliendo al paso. Y entonces, en una decisión de serenidad y generosidad con Ecuador y pese a sus grandes diferencias con Correa, decidió adelantarse al referéndum y expresó un “si crítico” que evitará posibles manipulaciones de su postura de oposición, por parte de la oligarquía y sectores de la iglesia.

El 4 de septiembre su Consejo de Gobierno afirma que la nueva Constitución no recoge adecuadamente sus propuestas en torno “a nuevos derechos de las nacionalidades y pueblos indígenas del Ecuador” y que seguirá luchando “hasta que haya un verdadero reconocimiento de nuestras demandas en el marco del nuevo Estado plurinacional”. Afirma también que “En relación a las propuestas nacionales de orden social, ambiental, económico, cultural, participación ciudadana, soberanía nacional, reconocimiento del Estado plurinacional, existe un avance importante en comparación a las 19 Constituciones anteriores y en relación al contexto internacional”. Por tanto, en “su rol histórico y lucha permanente por el cambio real de este país, apoya con el si crítico en el referéndum para aprobar el proyecto de la nueva Constitución, y de esa manera sepultar de una vez por todas la vieja estructura del Estado, a la agonizante partidocracia y oligarquía del país, al colonialismo, neocolonialismo y al modelo neoliberal injusto e inhumano que tanto daño ha provocado al país”.

Por último la Conaie reivindica ser independiente del gobierno nacional y su movimiento político y que su apoyo es al proyecto de la nueva Constitución.

Y no un respaldo al gobierno de Correa.

Ojarasca

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