TOROS

■ Sebastián Castella se encerró en Nimes con siete y cortó cinco orejas y un rabo

José Tomás indultó a Idílico en Barcelona; El Juli y El Fundi salieron a hombros

■ Cancelada la corrida del 30 de septiembre en Morelia debido a los ataques del 15

Lumbrera Chico

José Tomás indultó ayer un toro de Núñez del Cuvillo, el quinto de la tarde, llamado Idílico, con el que alcanzó su triunfo más y grande y más limpio de este año –sin apéndices cubiertos de tierra y de sangre, pero también sin cornadas–, para cerrar la breve temporada 2008 de la plaza Monumental de Barcelona, la ciudad que le tiene mayor fobia a la fiesta brava en el reino de Juan Carlos I de Borbón.

Por su parte, en el mismo coso, la víspera, Julián López El Juli y José Pedro Prados El Fundi salieron a hombros, luego de cortar tres y dos orejas respectivamente, alternando con Miguel Ángel Perera, que sólo escuchó el silencio del público al cabo de sus dos trasteos.

Mientras tanto, en Nimes, también el sábado, Sebastián Castella se encerró con siete ejemplares de distintos hierros a los que en total les cortó tres orejas durante el encierro de ley, y dos más y el rabo a un séptimo cajón de regalo.

Un gigante

Por muchas razones, 2008 pasará a la historia como el año de José Tomás: luego de las clamorosas y sangrientas tardes de junio en Las Ventas de Madrid, en donde cosechó tantas heridas como apéndices, haciendo gala de un estoicismo rayano, para muchos, en el absurdo, ayer, ante el mentado Idílico de Núñez del Cuvillo en la metódica “ciudad congal” –como motejan ahora los insolentes a la capital de Catalunya–, el artista de Galapagar se creció toreando en redondo con la muleta al tiempo que se le iba para arriba su enemigo.

Este había tomado dos varas, peleando con bravura ante el caballo, y había embestido con suavidad al capote, augurando para el tercer tercio lo mejor de lo mejor. Pero en cambio llegó lo excelso: empezó a comerse los vuelos de la franela a fuerza de reptir y repetir, de tal modo que Tomás no acertaba a rematar las series sino a proseguirlas hasta que el noble bruto se vaciaba solo en el pase de pitón a rabo para volver a encararlo con mayor celo.

Al final de la lidia, sin que el maestro insinuara nada, miles de pañuelos pidieron el indulto que el juez no dudó en conceder, con lo que terminó de escribirse la historia de la faena más importante de 2008. Ese mismo público, entregado y obsequioso, había abucheado a El Juli, un día antes, al ver que salía a pegarle trapazos a un novillo sin presencia ni peligro, al que sin embargo le cortó una orejita. Y enojada con el ex niño, la gente le apretó las tuercas cuando éste se disponía a hacer lo mismo ante su segundo enemigo, logrando con ello que el madrileño se fajara y estructurara una faena que le valió otras dos orejas y la salida por la puerta grande, en compañía de El Fundi.

Castella quería dar un campanazo en su tierra y lo consiguió en Nimes, donde ante las barreras y graderías llenas a reventar se encerró con dos toros de Garcigrande, dos más de Juan Pedro Domecq y dos más de Victorino del Río más un séptimo cajón del hierro de Toros de Cortés.

Entre tanto, en Zacatecas, la tarde del 16 de septiembre, alternando con El Zotoluco e Ignacio Garibay, Joselito Adame toreó de capa, clavó banderillas, estuvo enorme con la muleta y mató de estoconazo en todo lo alto al primero de su lote, para cortar una oreja.

En plena forma física nuevamente, Joselito estaba anunciado en Morelia para el próximo martes 30, en compañía de Eloy Cavazos, que iba a cumplir allí 30 años de despedirse semana a semana de los ruedos, durante la tradicional corrida en honor de José María Morelos. Sin embargo, la función fue cancelada debido a los atentados fascistas de la noche del Grito de Independencia.