Al cierre

■ Se cerraron 85 años de una gran historia en el Bronx

Yanquis despiden su estadio con triunfo de 7-3 sobre Baltimore

■ Jonrones de Damon y Molina enfilaron a la novena hacia la victoria

Ángeles Cruz Martínez, Agencias

Nueva York, 21 de septiembre. Con el sello distintivo de la casa, el cuadrangular, los Yanquis se despidieron de lo que fue su casa por los pasados 85 años con una victoria de 7-3 sobre los Orioles de Baltimore.

Johnny Damon y José Molina, fueron los autores de los batazos de cuatro esquinas, la marca del equipo también por las ocho décadas y media anteriores.

El batazo de Molina, sobre la barda del jardín izquierdo ante el abridor Chris Waters, en la cuarta entrada y con Robinson Canó embasado por pasaporte, le aseguró ya un lugar en la historia: fue el último que se dio en el estadio y, seguramente, quedará grabado en los anales del beisbol a la par del primero que se conectó en el estadio del Bronx, uno del Bambino Babe Ruth, el día de la apertura, el 18 de abril de 1923.

Un episodio antes, Damon depositó la pelota en las gradas del derecho, salvo que con dos en los senderos, Hideki Matsui y el mismo Molina, quienes conectaron sencillos al prado derecho y al central, respectivamente.

Una delirante multitud, calculada en 72 mil aficionados, se dio cita en el histórico recinto en la esquina de la calle 161 y la avenida River, en el Bronx, desde unas siete horas del comienzo del partido para recorrer los contornos del terreno de juego, a lo largo de los jardines y después visitar el pabellón en donde están las placas de los más connotados Yanquis.

Algunas de esas leyendas vivientes fueron presentadas antes del partido y recibieron una estruendosa ovación. Así el casi octogenario Yogi Berra, legendario catcher y también una vez mánager de la novena del elegante uniforme de tenues rayas verticales azules sobre fondo blanco, encabezó el desfile estelar en el que se incluyeron otros grandes como los lanzadores Whitey Ford y Don Larsen, llamado Señor Octubre, Reginaldo Martínez Jackson, pero quizás la ovación más prolongada le correspondió al puertorriqueño Bernabé Williams, el jardinero central titular hasta la campaña de 2007.

Como se esperaba, cada momento del partido tuvo su particularidad y así el capitán Derek Jeter, fue el último yanqui en pararse en la caja de bateo, en la octava entrada y conectó un roletazo a la tercera base para ser puesto fuera. Jeter, el yanqui que mas hits conectó en la historia del estadio, con mil 270, tuvo una noche desafortunada con el madero y se fue en blanco en las cinco oportunidades que tuvo, incluidos dos ponches.

Baltimore fue el primero en timbrar ante los disparos del abridor Andy Pettite, mediante triple de Jones y rola a tercera de Payton, que remolcó la carrera en el segundo rollo. En la tercera, Roberts empezó el turno con machucón que Pettite no pudo fildear bien. Se estafó la segunda y se fue al plato con imparable al central de Mora. Roberts produjo la otra anotación, en la cuarta, con hit que impulsó a Millar.

Los Yanquis utilizaron a cinco lanzadores y el mánager, Joe Girardi, le dio el honor de cerrar al panameño Mariano Rivera que retiró en tres hombres la novena entrada con el primera base Cody Ransom realizando el último out, una línea floja de Roberts que se le anidó en el guante.

Nueva York pisó el plato en dos oportunidades en el fatídico séptimo inning mediante el venezolano Bobby Abreu y el corredor emergente Bret Gardner, quien timbró por elevado de sacrificio de Canó. Jason Giambi conectó el último hit en el estadio, un sencillo en el séptimo, en tanto que el designado de Baltimore, Huff, fue el último en ser ponchado, en la parte alta de esa entrada.