■ Fue obligada a decir que su hijo desaparecido era un “subversivo”
Víctima de la Esma demanda a editorial que “la entrevistó” cuando era sometida a tortura
Buenos Aires, 21 de septiembre. Después de 14 años de haber iniciado la primera demanda sin resultados, una víctima sobreviviente de la Escuela de Mecánica de la Armada (Esma) Thelma Jara de Cabezas demandó a la editorial Atlántida, responsable de la revista Para Ti –que anunció su venta en agosto de 2007 al Grupo Televisa de México– por haber publicado el 10 de septiembre de 1979 una supuesta entrevista realizada cuando estaba detenida, desaparecida y sometida a torturas.
La querella criminal por aquella entrevista que se editó bajo el título Habla la madre de un subversivo muerto, destinada a contrarrestar la campaña internacional contra las graves violaciones de los derechos humanos durante la pasada dictadura militar (1976-1983), está dirigida contra los integrantes del directorio de Atlántida, “que estaban en conocimiento de la preparación y elaboración del reportaje y de otras notas sobre lo que sucedía en la Esma y otros centros clandestinos de detención”.
También se involucra a los periodistas que intervinieron y a todos aquellos que no podían desconocer en qué circunstancias la víctima “era entrevistada”.
Fue el ex marino de la Esma, Ricardo Miguel Cavallo, quien estuvo a cargo del grupo que sacó a Thelma Jara de allí para una entrevista preparada especialmente poco antes de que llegara al país la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, que viajó aquí entre el 6 y el 20 de septiembre de 1979.
Cavallo, alias Sérpico, conocido también en México donde fue detenido en 2000, cuando actuaba como un exitoso empresario, está acusado de numerosos crímenes de lesa humanidad. Desde allí fue extraditado a España y en marzo pasado a Argentina donde está detenido.
El desgarrador testimonio de Thelma Jara cuenta que fue obligada a decir en la entrevista que su hijo murió en un enfrentamiento, que no estaba desaparecido y que era “subversivo”, entre otras falsedades mientras estaba rodeada por los grupos de tareas, los mismos que la torturaban cada día. Pensó que si esta publicación aparecía su hijo sabría que estaba viva. Así fue y su sobrevivencia fue básica para los testimonios en los juicios en los que se juzga a los criminales de lesa humanidad que entre otras actividades actuaban en estas acciones de guerra sucia en complicidad con periodistas y conocidos medios y empresas.
Se simularon reportajes como el de esta madre que fue una de las primeras en Plaza de Mayo buscando a su hijo Gustavo Alejandro, secuestrado el 10 de mayo de 1976 y desaparecido. Entre una de sus actividades en esa lucha viajó a México, donde se encontraba su otro hijo, Daniel, en el exilio, en febrero de 1979 para denunciar lo que sucedía en Argentina.
Al volver fue secuestrada el 30 de abril de 1979 y estuvo detenida desaparecida hasta noviembre de ese año. No sólo la entrevistaron en Para Tï, sino también en el periódico uruguayo News World, de la secta Moon, (agosto de 1979) como si hubiera estado en Montevideo cuando en realidad todo se escenificó en Buenos Aires.