■ Javier Rojas acepta el reto en su nuevo disco, Poco a poco
“Tocar guitarra como solista es quitar maleza en una brecha”
Javier Rojas es dueño de un estilo en la guitarra que ha desarrollado a lo largo de casi toda su vida, en progreso constante.
“No voy por una súper carretera, sino por una brecha sin pavimentar a la que hay que quitar maleza, pero que estoy muy dispuesto a transitar porque la disfruto mucho. Sí hay un mercado para ello y me ha dado de comer esta terquedad de la guitarra solista”, expresó el avecindado en Cancún, quien presentó el 14 de septiembre su segundo disco, Poco a poco, grabado en Ediciones Pentagrama.
En el patio Jacarandas del Museo Nacional de Culturas Populares de Coyoacán, Rojas se fue ganando la admiración del público, que a pesar de una lluvia ligera y frío, llegó para oír la propuesta del compositor, quien simplemente decía el nombre de lo que iba a tocar y, sin preámbulo, tañía.
En Pentagrama previamente grabó el disco Luz marina y antes, en forma independiente, hizo tres producciones: Bruma, Camino de tierra y El tianguis. “Todos han sido bajo el mismo concepto: terco en la guitarra solista, sin letra. Esto es ser como El Quijote. Me han criticado por vivir en Cancún, donde también hay racismo y capitalismo salvaje.
“Allá me quedo; con todo y huracanes, porque he tenido trabajo. No son conciertos, los cuales a veces hago en la Casa de la Cultura y la Universidad del Caribe, donde fui maestro. De ahí no sale la comida; sale de las tocadas en los hoteles. No es el paraíso, pero sí me han dado chance de trabajar lo mío y componer y cotejar mi material con el público.”
Poco a poco le llevó para hacerlo casi cinco años. “Nunca me ha gustado presionarme con una pieza. Un tema que va a durar cuatro minutos, a mi paso me lleva terminarlo seis meses. Me voy al mar y regreso. Se necesita que cada pieza tenga un poco de madurez.”
Aún se mueve 1985
Añadió que al componer le pasa algo curioso: “Tengo pesadillas. Perdimos la casa en el DF en 1985, durante los temblores. Sueño derrumbes y muertos. También sueño vivencias; hay música y agarro una grabadorcita para que quede eso ahí y no se me olvide. Ésta es la célula melódica de la canción. Lo demás es trabajo.”
Al oírlo, parece que tocaran dos guitarristas. “Eso es un halado. Extraño tocar en colectivo, lo que hice desde niño en Tlatelolco, donde crecí. Tocar solo obliga a hacer un trabajo más introspectivo. Puedo expresarme más estando solo; he dejado de batallar con aspectos de grupo, el cual es una especie matrimonio, con todas sus buenas y malas.”
–¿Es usted un equilibrista entre lo clásico y lo no académico o popular?
–Me gusta mucho lo clásico, Antonio Bribiesca, nuestra raíz; la música cubana, Silvio Rodríguez. Ahora el jazz. Eso es lo que somos. Voy paso a paso. No sueño con ser estrella, con eso de Televisa. Lo mío es trabajar.
“A los que quieren tocar guitarra les digo que tomen en serio al instrumento, sin protagonismos. Nuestra tradición en la guitarra es muy fuerte. La guitarra popular existe en cada peluquería. Para sonar mexicano hice el disco Bruma.”
Para comunicarse con Javier Rojas: www.javierrojas.com.mx.