■ Amanecer en el Zócalo, coeditado por La Jornada, se presentó en la FILU, en Veracruz
Reúne Elena Poniatowska un mosaico de voces que confrontaron al poder en 2006
■ La resistencia civil iniciada por el fraude electoral continuará, sentenció la escritora
Ampliar la imagen El movimiento, llevado al papel, se ha convertido en fuente primaria para la historia del país, dijo Joaquín González Martínez, de la UV. En la imagen, la periodista en un acercamiento con sus lectores Foto: Sergio Hernández Vega
Jalapa, Ver., 20 de septiembre. A diferencia de 1968, cuando el movimiento estudiantil fue diezmado de un golpe por el gobierno federal, pese a que fue “punta de flecha” para otras movilizaciones en los siguientes 40 años, la resistencia civil iniciada por el fraude electoral de 2006 no ha terminado y continuará, porque la mayoría de los mexicanos sabe del despojo cometido contra el pueblo, remarcó la escritora y periodista, Elena Poniatowska.
La autora del libro Amanecer en el Zócalo, aseguró que la crónica de los 50 días de plantón en el Zócalo del Distrito Federal pretende ser un “mosaico de voces” que revelan la madurez política de los mexicanos y la intención de confrontar al poder en defensa de sus derechos, en este caso, el de la democracia.
“Los políticos mexicanos han tratado al país como un rancho de su propiedad, es decir, han hecho con el país los que les ha dado la gana, pensando que nadie podía confrontarlos, pero ya no es así.”
Amanecer en el Zócalo, coeditado por La Jornada, fue presentado en la 14 Feria Internacional del Libro Universitario (FILU) 2008 que organiza la Universidad Veracruzana (UV). Allí, Poniatowska resumió: “no es un análisis político, es una crónica de la gente de a pie, lo que traté de recoger, otra vez, como en La noche de Tlaltelolco.
“También es un homenaje a los reporteros, a quienes nadie les rinde homenaje, nunca, pero son los que andan por ahí recogiendo noticias y transmitiéndolas, y después, sobre esas noticias, los editorialistas escriben sus sesudos artículos, pero la tarea la hizo el reportero”, agregó.
Hacia un país renovado
La presentación del libro estuvo a cargo del catedrático Joaquín González Martínez, del Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales de la UV, quien sugirió que la obra de Poniatowska bien pudo llamarse “De la noche al amanecer”, en alusión a la crónica de 1968 sobre el movimiento estudiantil.
“Tales movilizaciones son parte de la educación política, la cual debe de manifestarse no sólo en la capital del país, sino en todos los zócalos y plazas de las ciudades de México. Ahora asistimos a un amanecer que desde el Zócalo ha preludiado la alborada de un México renovado por procesos que esperemos que la autora registre en futuras crónicas.”
El investigador afirmó que el relato de Amanecer en el Zócalo es sobre “un movimiento popular que llevado al papel se ha convertido en fuente primaria para la historia contemporánea del país. La variedad de voces le da valor testimonial.
“El movimiento que Poniatowska nos relata, definitivamente no ha terminado y lo tenemos que continuar, ya que este tipo de movimientos son los que evitan el totalitarismo que a toda costa debemos evitar.”
Resistencia y humor
Para la también autora de La noche de Tlatelolco esos 50 días de 2006 fueron de “resistencia y enojo, combinados con valentía, buen humor e ilusión de que la democracia fuera posible”.
En el plantón de 2006, recordó, había “muchos estudiantes, ya no tan jóvenes, pero que los vimos en el 68, luego en 1985 con un pico, rescatando víctimas del terremoto; ahora, las tiendas más organizadas fueron las de los compañeros de 60, 80 años, quienes hasta lanzaron el concurso Bailando por un voto.
“La aportación de las mujeres en 1968 fue la misma de 1985. En el movimiento estudiantil sólo destacaron dos mujeres en medio de tantos líderes: Roberta Avendaño, La Tita, e Ignacia Rodríguez, La Nacha. Ahora hubo una pléyade de mujeres que intervino con una capacidad política y de convocatoria sin precedente.”
La otra diferencia, apuntó Poniatowska, fue la madurez política de los mexicanos, aun cuando fuera de las llamadas clases “excluidas e ignoradas.
“Se vio la cantidad de gente que sabía y podía hablar de política con mucha inteligencia, lucidez y conocimiento de causa. Hubo compañeros que enmendaban la plana a los dirigentes.
“También hay que decirlo, la numerosa convocatoria derivó de uno de sus ejes centrales, Andrés Manuel López Obrador, quien tiene equivocaciones personales, sí, pero su movimiento no es una equivocación, y quedará en la historia de México como un gran triunfo de la gente marginada.”
La escritora resaltó la parte medular del relato: “una lucha como esta puede cambiar el rumbo del país, y que la presencia de los mexicanos y su conocimiento de la política son ahora más numerosas y más eficaces que en 1968.”