Telescopio
■ Hedor en Colombia
¿Gángsters en el gobierno o gobierno de gángsters?: Ojo con Álvaro Uribe, sus ministros y representantes. Como se sabe, el presidente colombiano fue elegido con el apoyo de los paramilitares, culpables de genocidio y se apoya en un Congreso lleno de paramilitares o representantes de éstos. Ahora, nos dice El Espectador, tuvo que defender en Estados Unidos a Mario Montoya, comandante en jefe del ejército, que la prensa local acusó de tener vínculos con paramilitares. El mismo periódico publica la denuncia del líder político izquierdista dominicano Narciso Isa Conde, según la cual el ex embajador de Uribe, Juan José Chaux, estuvo involucrado en un plan para asesinarlo.
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¿Y la coherencia?: Los grandes diarios conservadores de nuestro continente exultan ante el plan de salvataje de los bancos usureros anunciado por el hombre que los impulsó alegremente hacia el precipicio: George W. Bush. Es el caso de La Nación, de Buenos Aires, de El Mercurio, de Santiago de Chile, de O Estado de Sao Paulo, de la ciudad brasileña del mismo nombre. Celebran que el Estado irrumpa en el mercado y compre bienes podridos por un millón de millones de dólares, salvando a los banqueros pero no a sus víctimas, y haciendo pagar la factura a las futuras generaciones de contribuyentes. Y les parece muy bien que, violando la (sagrada) libertad de mercado, impidan a los especuladores pedir prestadas acciones de un banco, venderlas, recomprarlas más barato y restituirlas tras quedarse con la pingüe diferencia. ¿Pero no era que el Estado debía respetar el libre juego del mercado? ¿No fue esa la doctrina neoliberal que quisieron imponerle al mundo?
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Bolivia y las negociaciones: Según el boliviano La Razón, 20 mil campesinos estrechan su cerco a Santa Cruz. El Diario dice que la Suprema Corte, con celeridad sin precedentes, salió a salvar al prefecto de Pando, acusado por la matanza de El Porvenir, demostrando una vez más la solidaridad clasista de ese tribunal con la derecha y que llegar al poder no significa controlar el Estado, que sigue siendo el de siempre. Según El Universal, de Asunción, campesinos de Chuquiaca expulsaron del sur de Bolivia a funcionarios de la USAID y, de acuerdo con Página 12, el presidente de la confederación indígena CIDOB, el tacana Adolfo Chávez, dijo que no dejarían que se cambiase ni una letra de la Constitución en las negociaciones con la derecha.