■ Por la migración se desechó un gran proyecto en los años 70, afirmó Terence Gower
“La capital del país tuvo la oportunidad de ser una urbe ordenada, y la perdió”
■ Veo absolutamente imposible revertir el caos; la única solución sería tirar muchos edificios, señaló el arquitecto canadiense en entrevista
■ Dio a conocer su libro Ciudad moderna
Ampliar la imagen Los habitantes buscan cierto sentido de orden, pero hay una tendencia al caos, afirmó Gower Foto: tomada del libro Ciudad moderna, Editorial A&R
La ciudad de México tuvo en los años 50 la oportunidad de convertirse en una urbe moderna, ordenada, pero a partir de la década de los 70 fue prácticamente imposible, debido a una falta de control en la inmigración, afirma el arquitecto canadiense Terence Gower.
El también artista visual da a conocer su libro Ciudad moderna (Editorial A&R), el cual se centra en las dos principales obras en video que expuso en el Laboratorio Arte Alameda en 2005.
En ese trabajo mostró algunos aspectos de la arquitectura de las instalaciones del Instituto Politécnico Nacional, así como fotos fijas –algunas intervenidas– de películas donde se aprecian recintos que hace poco más de medio siglo marcaban la pauta de los nuevos espacios habitacionales o recreativos.
En entrevista con La Jornada, Gower explica que “hubo una oportunidad de lograr orden en el Distrito Federal, Mario Pani (1911-1993) propuso un gran proyecto, por ejemplo, un nuevo Centro, ubicado ahí por el Ángel de la Independencia, pero muchos estuvieron en contra, pues se requería tumbar media ciudad.
“Fue por 1968 cuando esos esfuerzos decayeron, en parte debido al sistema; la inmigración creció de manera descontrolada. Por eso me atraen esa suerte de vestigios de aquella época, cuando México quiso ser moderno y ordenado, tienen una narrativa trágica, algo muy mexicano, porque hablan de un proyecto al que se le puso tantas ganas y tanto dinero, y se perdió.”
Caso único en el continente
El arquitecto resalta que el caso mexicano es casi único en el continente, sobre todo por la vocación social que tuvieron esos proyectos de los años 40 y 50. “Son impresionantes no sólo por su extensión, sino por ese querer servir a la sociedad, algo que casi no encuentro en otros países de América, donde abundan los proyectos muy locales o individualistas.
“Ahora, no sé muy bien si exista en la capital mexicana algún gran proyecto de reordenamiento urbano, pero veo absolutamente imposible revertir el caos, pues parece ser que la única solución es tirar muchos edificios.
De vuelta al desorden
“Además, hay una tendencia al mismo caos. He realizado una investigación en torno a los suburbios nuevos, como los desarrollos que construye Casas Geo, y al principio las personas lo que buscan es este mismo sentido de orden, por eso es un tanto pesadillesco el diseño de las casas, todo idéntico. Pero los habitantes están contentos.
“No obstante, cuando empiezan a vivir ahí comienzan a modificar sus viviendas y vuelve el caos. Es un aspecto de la cultura de este país que me encanta.
“Los edificios de hace más de medio siglo, como algunas casas del Pedregal de San Ángel u hoteles que fueron de lujo en Acapulco tienen una carga muy fuerte de nostalgia, algo casi dulce, pero trágico. Si no hubiera habido tal explosión demográfica se habría logrado la ciudad que varios arquitectos propusieron en esos años, aunque no sé si sería más interesante de lo que tenemos ahora. La ciudad actual es demasiado grande.”
Gower se encuentra trabajando en Estados Unidos, busca edificios de la misma época de los que analizó en México, de los años 50, que reflejen el mismo espíritu de modernidad. Los resultados de su trabajo se mostrarán en noviembre, en el Instituto Smithsoniano de Washington.