■ Presentaron No es un río, su tercer libro, en el que aborda la nostalgia y las ausencias

La poesía de María Guerra es intimista, de una claridad hiriente: Carlos Payán

Ericka Montaño Garfias

La poesía es lo que acerca a los seres humanos a lo esencial, lo que más revela la esencia humana, dijo María Guerra durante la presentación de su nuevo poemario No es un río, el tercero en su producción, en el que se redescubren temas como el tiempo, la nostalgia y las ausencias.

Vocación de viento, En donde duele el tiempo y ahora No es un río son libros que tienen una historia propia; efectivamente, se complementan y podrían ser una unidad, aunque por el momento no hay intenciones de convertirlos en un solo volumen, dijo la poeta la noche del miércoles en la Casa de las Humanidades de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), donde estuvo acompañada por su colega y académica Dolores Castro y el periodista Carlos Payán, director fundador de La Jornada, quien calificó la obra de Guerra como intimista.

Con No es un río se cierra un ciclo y “no sé lo que vaya a escribir ni cuándo, pero seguiré escribiendo. Decía Borges en el libro Siete noches (que recoge las conferencias que ofreció en 1977) en el que habla sobre la poesía, que son sólo recuerdos vividos, es evitar el olvido y es hablar de eso de los recuerdos de la vida, de la manera en la que nos habla.

“No sé si lo que voy a escribir después cambie de forma, si incursionaré en la prosa poética, hay veces que quiero hacer poemas que dejen salir toda esta tragedia que vivimos en el país, que nos lo quieren desaparecer, robar; nunca he escrito un poema político pero se me ocurre que de repente algo me va a salir”, agregó la coordinadora de los talleres de reflexión para mujeres Rosario Castellanos.

Enojo con el tiempo

No es un río es un libro que habla acerca de la fugacidad del tiempo, “ese tiempo que cuando volteamos para atrás parece que fue ayer, que fue un día. Ese tiempo que todos los días se nos escapa en pequeñas cosas. En este enojo con el tiempo dije hay que quemar todo y convertirlo en cenizas y que nos deje en paz, ese tiempo que corre y corre y que nos rebasa”, dijo Dolores Castro.

Carlos Payán, integrante de la Academia de Derechos Humanos, dijo a su vez que en el nuevo poemario se rencuentra esa poesía intimista que permeó los dos anteriores. “Casi los mismos temas, las mismas ausencias y las que faltan de venir. Hay, como en la poesía de Pessoa, un profundo desasosiego, una nostalgia del pasado, los seres perdidos, la madre, el padre y otra que anuncia las ausencias que vendrán.

La de María Guerra es una “poesía intimista de una claridad hiriente que no se construye con edificios de palabras, transparente, no como aquella que se decía de algunos poemas alemanes que enturbiaban el agua de su poesía para que pareciera profunda”.