■ Frenar violencia, piden ONU, OEA y UE a la oposición
Se solidarizan naciones de América Latina con el presidente de Bolivia
La Paz, 12 de septiembre. Los gobiernos de Venezuela, Brasil, Ecuador, Argentina, Chile, Uruguay, Perú, Colombia, Nicaragua y Honduras, así como diversos organismos multilaterales, manifestaron su solidaridad con el presidente boliviano Evo Morales frente a la crisis política generada por grupos autonomistas de oposición, cuyas protestas han dejado al menos 10 muertos y más de 100 heridos.
El mandatario brasileño Luiz Inacio Lula da Silva anunció que continúa dispuesto a mediar en el conflicto de Bolivia, que ha entrado en una etapa álgida con choques violentos entre simpatizantes y opositores de Morales.
En igual sentido se manifestaron los presidentes de Uruguay, Tabaré Vázquez; Perú, Alan García; Ecuador, Rafael Correa; Colombia, Álvaro Uribe, y Chile, Michelle Bachelet.
Atendiendo a la petición de estos dos últimos, la Unión de Naciones Sudamericanas hizo un llamado al diálogo en Bolivia, y de manera velada criticó los actos de violencia de “grupos civiles” que parecen no respetar el triunfo contundente de Evo Morales en el referendo del pasado 10 de agosto.
Varios gobiernos centroamericanos se sumaron al apoyo que en casi toda Latinoamérica se ha manifestado al gobierno boliviano.
En una decisión sin precedentes, el mandatario Manuel Zelaya, de Honduras –uno de los países tradicionalmente aliados de Estados Unidos en la región centroamericana y ahora miembro de la Alternativa Bolivariana para las Américas–, anunció que “en solidaridad con Bolivia” no recibirá por el momento las credenciales del nuevo embajador estadunidense en Tegucigalpa, Hugo Llorens.
Por su parte, el presidente nicaragüense, Daniel Ortega, respaldó a Morales y advirtió que en Bolivia están operando “las fuerzas más tenebrosas del imperio”, mientras que su canciller, Samuel Santos, no descartó la expulsión del embajador estadunidense.
En Guatemala, diversas organizaciones mayas ofrecieron su respaldo al gobierno de Evo Morales, y condenaron la “política intervencionista” de Estados Unidos en América Latina.
El enfrentamiento político en Bolivia motivó a Naciones Unidas, la Organización de Estados Americanos, el Mercado Común del Sur y la Unión Europea a pedir a la oposición boliviana que frene los actos de violencia y acepte el diálogo, posición a la cual se adhirió también el gobierno de España.