■ Washington “se comporta cínicamente” con su ofrecimiennto de ayuda, insiste La Habana
Al menos 370 mil viviendas, dañadas por el efecto combinado de los huracanes en Cuba
■ Más de 48 mil, totalmente destruidas; colapso en Pinar del Río, Holguín, Camagüey y Las Tunas
Ampliar la imagen Residentes de Batabano, vecindario del sur de La Habana, sitiados por las aguas que dejó caer el paso del huracán Ike Foto: Reuters
La Habana, 11 de septiembre. El efecto combinado de los huracanes provocó daños a por lo menos 370 mil viviendas en Cuba, de las cuales más de 48 mil quedaron enteramente destruidas, indicaron informes oficiales, aunque aún son provisionales.
El déficit habitacional en el país había sido estimado en 2005 en medio millón de unidades y en los dos siguientes años se construyeron menos de 180 mil nuevas viviendas, según reportes oficiales.
Según los reportes de los medios locales y de dirigentes regionales del Partido Comunista, los daños más importantes estuvieron en las provincias de Pinar del Río (100 mil), Holguín (93 mil) y Camagüey y Las Tunas (60 mil en cada caso). Sólo en Holguín hubo 37 mil derrumbes totales.
En la ciudad de La Habana hubo 153 derrumbes, de los cuales 37 fueron totales y dejaron albergadas a 2 mil 172 personas, que ahora no pueden regresar a sus viviendas.
El impacto abrió de golpe una nueva situación en ese sector, uno de los más vulnerables en el país. Cientos de miles de personas fueron expulsadas de su residencia habitual, con lo cual generan una demanda de albergue provisional y materiales para reparaciones, pero una parte de esos damnificados requiere la reposición completa de la casa.
Esa nueva demanda social emerge cuando el gobierno ha tenido que reducir su propia meta de construcción. A principios de este año las autoridades habían anunciado un plan de 50 mil viviendas para 2008, casi las mismas que se perdieron por completo bajo los huracanes.
El déficit estimado en julio de 2005 no consideraba los inmuebles en mal estado, que entonces rondaban 15 por ciento de la planta disponible en las ciudades y el 38 por ciento en zonas rurales. El Parlamento aprobó un plan de construcción de 150 mil unidades entre ese momento y finales de 2006, para luego seguir a un ritmo de 100 mil anuales.
En 2006 se reportaron concluidas 110 mil de 150 mil propuestas, pero meses más tarde el vicepresidente Carlos Lage reveló que ese recuento tenía reportes falsos.
En 2007, Lage anunció una nueva política en el sector, según la cual se fijarían metas más precisas y modestas. Ese fue el segundo año consecutivo en que el gobierno no pudo cumplir su propio objetivo de construcción de viviendas, en este caso de 70 mil 300 unidades. Lage dispuso que el nuevo enfoque diera prioridad a las áreas marginadas y a las personas más necesitadas.
La clave del retraso en la construcción de viviendas es la falta de fuerza laboral para ese sector, según estimaciones oficiales. El déficit habitacional hace que sea común la convivencia de varias generaciones en una misma casa.
Diferendo verbal
La cancillería cubana informó que recibió una segunda nota verbal de Estados Unidos, relacionada con los huracanes. En el mensaje Washington ofrecía el envío de un equipo de evaluación para inspeccionar las áreas afectadas por los huracanes. La Habana agradeció las muestras de pesar pero rechazó esas misiones técnicas.
Sin embargo, la respuesta cubana repitió la petición, ya transmitida días antes, de que una “real voluntad de cooperar” sería permitir la venta a Cuba de materiales de construcción y de estructuras eléctricas, y autorizar a las compañías privadas estadunidenses a que otorguen créditos a la isla para la compra de alimentos.
La nota de la cancillería subrayó que no es necesaria una inspección técnica para facilitar ayuda a Cuba, lo que parece haberse convertido en referencia retórica de autoridades estadunidenses.
Washington “se comporta cínicamente”, dijo el comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores. “Intenta sugerir que está desesperado por cooperar con Cuba y nosotros nos negamos”.
El diferendo verbal remite a la situación que se abrió en noviembre de 2001, tras el paso del huracán Michelle por la isla. Una oferta estadunidense muy parecida fue respondida por Cuba en términos que también tienen paralelismo con los actuales.
El resultado fue que La Habana decidió aprovechar una rendija legal que hace una excepción al bloqueo económico y que permite a empresas estadunidenses vender alimentos a la isla, de contado.
Por último, el embajador mexicano Gabriel Jiménez Remus informó que suspendió la recepción oficial que ofrecería para celebrar la independencia de su país el próximo martes, “ante la grave situación” en la isla y “como muestra de solidaridad”.