■ Toman protesta a comités de seguridad
Llama Taibo II a desterrar la lógica del “agandalle” derivado del neoliberalismo
Ampliar la imagen Paco Ignacio Taibo II, durante la toma de protesta a consejeros y comités de seguridad pública, en el centro de la ciudad Foto: Jesús Villaseca
Ante la tendencia privatizadora de los espacios públicos, ya no sólo por los burgueses, sino por los marginales –como los llamados selocuidos, que deciden quien se estaciona en una calle y quien no–, el escritor Paco Ignacio Taibo II se pronunció ayer por acabar con la lógica del “agandalle” derivado del proyecto neoliberal y el estilo de gobernar en el país de hace muchos años, e impulsar la construcción de estructuras de lo colectivo, como las cooperativas de consumo, “no dejar que sea el gran comercio el que controle esta ciudad”, y los libroclubs.
El creador del detective Héctor Belascoarán Shayne, participó ayer en el Encuentro de Unidades Habitacionales, donde el jefe de Gobierno capitalino, Marcelo Ebrard Casaubon, tomó protesta a consejeros y comités de seguridad pública e inició la entrega de 120 millones de pesos para el mejoramiento de áreas comunes e infraestructura en complejos condominales.
Extrañado de estar en una mesa rodeado de funcionarios y más aún por no vivir en una unidad habitacional, Taibo II se remitió a contar una anécdota: “iba por la ciudad de México y descubrí que había una calle cerrada, una pluma metálica la bloqueaba y un policía estaba allí mirándome con cara de pocos amigos, entonces, siguiendo en mi estilo provocador me acerqué a decir, oiga yo quiero pasar por allí, y me dijo usté a quien va ver. Yo dije a nadie, quiero pasear, y me dijo, no, es privada. Cómo que es privada, esto una calle de la ciudad de México ¿verdad?. Me dijo, no, es que es privada, los vecinos decidieron hacerla privada. Y de cuando acá los vecinos privatizan cachos de la ciudad. Bueno, para no hacerla larga, tuve que dar el paseo por otro lado”.
Siguiendo su relato, se encontró después “con un grupo de compañeros que estaban también privatizando un cacho de la calle para convertirlo en estacionamiento controlado. Son estos conocidos popularmente como selocuidos, ¿no?, por eso de ‘se lo cuido’, ‘se lo cuido’. Oficio que es muy respetable y que seguro ejercen porque no les ha quedado de otra, no porque les guste. El caso es que habían privatizado como 50 metros de calles, con el método de poner cubetas, arriates, incluso se habían jalado un macetero, de tal manera que eran los dueños de todo un espacio de calle y decidían quién se estacionaba y quien no, mediante riguroso pago”.
De allí, dedujo que esta idea de lo individual contra lo colectivo no sólo surge de la mentalidad oligarca del banquero, “surge de abajo hacia arriba y está entre nosotros”, por lo que propuso no tenerle miedo a lo que antes llamábamos “socialismo. Tenemos que avanzar en la construcción del espacio colectivo”.