■ La autopista nacional, afectada por el desbordamiento de un río
La normalidad “demorará días”: Defensa Civil cubana
■ Ike se fue pero se mantiene la amenaza de inundaciones en la isla
Ampliar la imagen Devastación en el barrio de Centro Habana tras el paso del huracán Ike Foto: Reuters
La Habana, 10 de septiembre. El huracán Ike se fue de Cuba, pero dejó como herencia una durísima racha de aguaceros, que hoy habían provocado el corte de la autopista nacional, el desbordamiento de varios ríos y la amenaza de nuevas inundaciones, todo lo cual obligó a una tanda adicional de operaciones de auxilio de emergencia.
El país seguía en penumbras en su mayor parte. Ricardo González, directivo de la empresa Unión Nacional Eléctrica, informó que las provincias orientales de Santiago de Cuba, Guantánamo y Granma tenían restablecida una amplia porción del servicio, pero en las vecinas Holguín, Camagüey y Las Tunas, el suministro estaba por debajo de 20 por ciento.
En la región central tenía electricidad entre 30 y 50 por ciento de la población, y en el occidente el servicio era todavía menor. Luis Carlos Góngora, vicepresidente del gobierno de la ciudad de La Habana, dijo que en la capital funcionaban esta noche 94 de los 224 circuitos, equivalente a algo más de la tercera parte.
El impacto se suma al golpe que descargó el huracán Gustav hace 11 días en la Isla de la Juventud, donde quedó aniquilada la inafraestructura eléctrica y en un sector de Pinar del Río (extremo occidental), donde ya estaba avanzando la rehabilitación del tendido.
La televisión mostró parte de un discurso del presidente venezolano, Hugo Chávez, en el cual el mandatario contó de un intercambio de mensajes con Fidel Castro acerca de posibles opciones para las obras de reconstrucción de Cuba tras el paso de los huracanes.
Chávez dijo que había enviado sus “propuestas” a Castro y que éste le contestó que las estudiaría de inmediato.
El ex presidente cubano mando una carta a la televisión nacional, en la que elogió el desempeño de las autoridades y los empleados públicos frente a la emergencia y pidió a los cubanos que no se desalentaran por la tragedia.
Informes radiales indicaron que el río Hanábana, que corre en la zona centro-occidental del país, se desbordó a la altura de la autopista nacional de ocho carriles, la vía principal de conexión entre los dos extremos de la isla.
El percance provocó la inundación de unos tres kilómetros de carretera en un punto que divide a las provincias de Matanzas y Cienfuegos, y habitantes de la zona tuvieron que movilizarse en bote. Nunca antes había ocurrido algo similar, dijo el alcalde de la vecina población de Aguada de Pasajeros, Orlando Valdés.
El río San Juan rebasó su límite y causó la inundación de parte de la ciudad de Matanzas, capital provincial, según los mismos reportes. El Cuyaguateje dejó aislada la población de Guane, en Pinar del Río (occidente) y la surgencia marina invadió el poblado pesquero de Surgidero de Batabanó, al sur de La Habana.
En varias provincias hubo que hacer nuevas evacuaciones de poblados en riesgo, ahora por las inundaciones. En Granma hubo asentamientos montañosos amenazados por las potenciales crecidas de los ríos, donde las fuerzas armadas tuvieron que ejecutar maniobras especiales para rescatar a la gente.
Las inundaciones sugieren que la normalidad “demorará días”, dijo el jefe del Estado Mayor de la Defensa Civil, Ramón Pardo, quien pidió a la población extremar los cuidados al transitar por las carreteras.
La clave del impacto de Ike está en su muy extensa formación, en la cual arrastra bandas de vientos de tormenta tropical que llegan a 350 kilómetros del ojo, dijo el jefe de los pronósticos meteorológicos, José Rubiera. Aunque el centro del meteoro estaba esta noche a más de 300 kilómetros de distancia del extremo occidental de la isla, todavía descargaba bancos nubosos en territorio cubano.
La buena noticia es que, por ahora, no hay más fenómenos tropicales en el Atlántico.