■ Si quiere apoyar, “que levante el bloqueo” para que compremos materiales y alimentos
Hipócrita, oferta de EU de ayudar a Cuba ante daños de huracanes: Aguilera de la Paz
■ Hay un plan subversivo en la idea de entregar los recursos a grupos disidentes de La Habana, dice
Ampliar la imagen Manuel Aguilera de la Paz, embajador de Cuba en México, en entrevista con La Jornada Foto: José Antonio López
El embajador de Cuba en México, Manuel Aguilera de la Paz, aseguró que detrás del ofrecimiento de ayuda de Washington para los damnificados por los huracanes en su país –que según el Departamento de Estado se canalizarían no a través de las instituciones oficiales, sino mediante “una organización apropiada” y sólo después de que una misión estadunidense “inspeccione y evalúe adecuadamente los daños”– se oculta “una gran dosis de hipocresía y cinismo”.
El diplomático reiteró la posición que ya ha sido fijada por el Ministerio de Relaciones en La Habana: “si quieren ayudar, que levanten el bloqueo para que podamos comprar sin restricciones los materiales y alimentos que necesitamos. El bloqueo que soportamos desde hace décadas ha causado el doble de daños que los huracanes que nos han golpeado en estos días”.
Este miércoles, el gobierno de Estados Unidos reiteró su disposición de enviar a Cuba un equipo de expertos para evaluar los daños causados por el huracán Ike, y anunció que ha decidido ampliar las autorizaciones a organizaciones no gubernamentales (ONG) estadunidenses para que puedan proporcionar más ayuda humanitaria a la isla.
“La pretensión de Estados Unidos de distribuir la ayuda, pero no a través de nuestras estructuras, es una falta de respeto, porque si algo ha demostrado Cuba, y es un hecho reconocido mundialmente, es que el gobierno es el principal protector de la población”. Agregó que la idea de entregar los fondos de ayuda directamente a las organizaciones de disidentes en la isla “es un plan subversivo, ya que hemos demostrado que estos grupos reciben financiamiento de Estados Unidos y en algunos casos hasta de organizaciones terroristas asentadas en Miami, con el fin explícito de desestabilizarnos. Son, simplemente, mercenarios”.
En contraste, Aguilera de la Paz calificó los puentes aéreos que en cuestión de horas se establecieron entre Venezuela y Rusia hacia la isla como “verdaderas expresiones de solidaridad desinteresada y rápida”. También es el caso –agregó– de los convenios que ya fueron establecidos con dos instituciones mexicanas: la Comisión Nacional de Vivienda y la Comisión Federal de Electricidad, que empezarán de inmediato a cooperar para la reconstrucción de la infraestructura dañada en Cuba.
Por el momento no han sido cuantificados con precisión los daños provocados por el paso de Gustav, primero, y de Ike, después, en el lapso de una semana. “Pero sí podemos establecer que es la mayor catástrofe en la historia moderna”, concluyó el embajador.
En otro orden de cosas, comentó que la campaña internacional de difusión en torno al caso de los cinco cubanos presos en Estados Unidos –considerados héroes por su gobierno– arrancará en México el próximo viernes, con el objetivo de romper la conspiración de silencio que rodea esta historia. Los actos de solidaridad coinciden con la fecha –12 de septiembre de 1998– en que los cinco agentes cubanos fueron detenidos en Florida y sometidos a lo que La Habana considera “una vendetta contra la revolución cubana”.
Los cinco –Antonio Guerrero, Fernando González, Ramón Labañino, Gerardo Hernández y René González– fueron acusados en Miami de “espías” y sentenciados a pesadas penas (tres de ellos a cadena perpetua). La defensa cubana ha apelado de las resoluciones y fallos dictados hasta la fecha. “Estamos convencidos –expresó el representante en México– de que nuestros héroes son presos políticos y que la justicia estadunidense actúa por consigna política. Por eso, el caso no se va a resolver por la vía jurídica, aunque estamos dispuestos a agotar esta lucha hasta sus últimas instancias”.
El equipo de abogados defensores de los cinco sostiene que la jueza de Florida Joan Lennard aplicó las penas máximas sin que el gobierno hubiera podido comprobar los cargos contra los cubanos y con un jurado abiertamente sesgado en su contra. Hace tres años, un panel del circuito de Atlanta reconoció la invalidez del juicio y ordenó la revocación de la sentencia, pero Washington apeló y la Suprema Corte ratificó las condenas originales. Nuevamente la defensa cubana recurrió este fallo y apenas el pasado 4 de junio el circuito de Atlanta volvió a pronunciarse ratificando dos de las penas –de Gerardo Hernández y René González, el primero con una sentencia de dos cadenas perpetuas– y ordenó la reposición del juicio de los otros tres, pero remitiendo de nuevo sus casos a la jueza impugnada de Miami. A los cinco aún les queda una posibilidad más de apelar ante la Suprema Corte, que tendrá la última palabra, aunque también tiene la potestad de no aceptar el recurso.