■ La Tate Britain de Londres abrirá una retrospectiva con cerca de 70 obras del artista
Sexo, soledad y muerte para conmemorar el centenario de Bacon
■ Figura entre los máximos creadores del siglo XX
Ampliar la imagen Detalle de Estudio después de Velázquez, 1950, obra de Bacon incluida en la exposición que presenta la galería Tate Británica Foto: Reuters
Londres, 9 de septiembre. Sexo, soledad y muerte, los grandes temas que obsesionaron a Francis Bacon toda su vida, son los hilos conductores de la ambiciosa retrospectiva que consagra la galería Tate Britain de Londres al artista, en la anticipada conmemoración del centenario de su nacimiento, que se cumplirá en 2009.
“La creencia de que el hombre existe en un mundo sin Dios y que, como dijo el poeta T.S. Eliot, todo se reduce a ‘nacer, copular y morir’, son las dos coordenadas de la obra de Bacon”, explicó uno de los comisarios de la muestra, Chris Stephens, durante la presentación de la misma, efectuada este martes a la prensa.
La retrospectiva, que abre sus puertas al público el jueves para concluir el 4 de enero próximo, incluye cerca de 70 de las obras más relevantes del artista nacido en Dublín, en 1909, y fallecido en Madrid, en 1992.
“Vagamente cronológica”, en palabras de Stephens, la muestra antológica, que está dividida en ocho periodos, además de una sala entera consagrada a sus Crucifixiones, confirma a Bacon como uno de los creadores más influyentes del siglo XX.
La estrella de esa retrospectiva es el poderoso y perturbador Tríptico (1976) que la casa de subastas Sotheby’s vendió el pasado mayo en Nueva York por 86.2 millones de dólares, convirtiéndola en la obra más cara vendida en una puja de un artista de la posguerra.
Inspirado por la mitología griega, el tríptico fue adquirido, según la revista especializada Art Newspaper, por el magnate ruso Roman Abramovich.
Escalas en Madrid y Nueva York
Aunque la retrospectiva viajará en febrero al Museo de El Prado, en Madrid, y luego al Metropolitano de Nueva York, Tríptico se podrá admirar sólo en Londres, porque su propietario únicamente se lo ha prestado a la Tate, se indicó.
La retrospectiva de Bacon –que es la primera en Gran Bretaña en 23 años– incluye también una sala dedicada a George Dyer, quien fue el gran amor del artista desde mediados de los años 60 hasta su suicidio en un hotel de París, en 1971, dos días antes de la apertura de una gran retrospectiva de Bacon en la capital francesa.
Figuran también en la exhibición los estudios del papa Inocencio X inspirados en Velázquez.