■ El país, en lo que en guerra se llama “alarma de combate”, sostiene Fidel Castro
Ike golpea el oriente de Cuba; se multiplican los daños que dejó Gustav
■ Rusia, Vietnam y China, dispuestos a cooperar en programas de inversión, dice el ex presidente
Ampliar la imagen Unas 800 mil personas han sido evacuadas en Cuba a raíz de los dos huracanes que han golpeado al país en una semana. En la imagen, llegada de damnificados a un refugio en la ciudad de Camagüey Foto: Ap
La Habana, 7 de septiembre. La pregunta en Cuba no es si habrá un desastre, sino de qué tamaño será. Nunca en la historia ciclónica de esta isla, ubicada en el cruce de caminos de los fenómenso tropicales del Atlántico, habían pasado dos fuertes huracanes en una semana. Nunca uno de ellos había golpeado a todo el extremo oriente del país, como lo estaba haciendo Ike desde la noche del domingo. Y todavía falta ver qué rumbo tomará el lunes y si saldrá al mar, como indican los pronósticos, después de machacar a la ciudad de La Habana.
Si Gustav aniquiló toda la infraestructura y los recursos productivos de la Isla de la Juventud y de una franja de Pinar del Río, en el occidente del país, Ike está amenazando a todo el resto del territorio cubano. El país recibe el golpe con frentes tan vulnerables como la vivienda (40 por ciento del total en mal estado y un déficit de medio millón), la agricultura (la canasta básica depende de importaciones) y las finanzas públicas (el grueso de los ingresos proviene de los servicios, el turismo y el níquel).
“Toda la nación ahora está en lo que en guerra se llama alarma de combate”, dijo Fidel Castro en un artículo difundido esta noche. El impacto de “golpe nuclear” de Gustav, añadió, se ha multiplicado.
Castro anunció que los damnificados recibirán ayuda material y alimentaria, “hasta que se recupere en el más breve plazo posible la capacidad de producir alimentos”. En este punto está una de las interrogantes principales. Cuando el gobierno de Raúl Castro estaba por iniciar la dotación en usufructo de tierras ociosas para impulsar el desarrollo agrícola, ¿qué ocurrirá tras el previsible daño a la actual y limitada planta productiva?
Fidel Castro también dijo que países como Rusia, Vietnam China y otros “expresaron la disposición de cooperar todo lo posible en los programas de inversión que debemos acometer de inmediato para restablecer la producción y desarrollarla”.
Aunque la oración no es concluyente, se aparta del tono que empleó el ex presidente al hablar de la reconstrucción después de Gustav, que él mismo calculó en un rango entre 3 mil y 4 mil millones de dólares y que, dijo, “debe salir del trabajo del pueblo; nadie lo puede hacer por nosotros”. El nuevo artículo deja abierta la pregunta de si hay un giro en la política oficial y se están considerando planes post-crisis con financiamiento extranjero.
Llamado a evitar derroches
Castro también pidió a los dirigentes del Partido Comunista y del gobierno que actúen ante la emergencia conteniendo las emociones y ejerciendo autoridad, racionalmente, sin derroche y actuando “contra el parasitismo y el acomodamiento”. Les pidió “dar y recibir confianza. Entregarlo todo por el pueblo, hasta la vida si fuera necesario”.
Esta es claramente una advertencia de que la demanda social se hará sentir en proporciones, tan pronto pase el temporal.
Una de las claves del futuro inmediato es la suerte que correrá la ciudad de La Habana, por su peso específico y su significado. Es el principal polo económico y la mayor concentración de población, con más de dos millones de personas, que forman un conglomerado socialmente más diverso que la provincia; su precariedad de vivienda, de dimensiones algo mayores a la del resto del país, es más compacta y notoria.
El vicepresidente Carlos Lage pidió hoy a la dirigencia política y administrativa de la capital “prepararnos para la peor variante”. Es decir, asumir que los vientos huracanados azotarán a La Habana.
El curso escolar se suspendió en todo el país. Cesaron los vuelos nacionales y el transporte marítimo a la Isla de la Juventud. Las líneas aéreas internacionales tendrían que decidir si aterrizan o despegan, caso por caso. Se activó el acostumbrado traslado de gente que vive en lugares más vulnerables a sitios seguros, incluyendo a los más de 13 mil turistas que estaban en el balneario de Varadero. Los refugiados se cuentan por cientos de miles y aumentan por horas.
El centro de Ike entraba esta noche por la provincia de Holguín, con categoría tres en la escala de cinco niveles, con vientos sostenidos de 195 kilómetros por hora. Pero desde la tarde sus aspas de aire y tormentas empezaron a golpear los municipios más orientales, Baracoa y Maisí. En el primero el mar penetró hasta cinco cuadras adentro de la ciudad. El meteoro iba a seguir en la madrugada rumbo a la ciudad de Moa, donde están los yacimientos niquelíferos y las plantas extractoras, para alcanzar la provincia de Las Tunas.