■ Ofrecen mil 800 plazas con sueldos desde 3 mil a 6 mil quinientos pesos mensuales
Realizan en el Zócalo la primera feria del empleo para madres solteras
■ En las primeras 6 horas llegaron 2 mil aspirantes; calculan que sólo se cubrirán 600 vacantes
Ampliar la imagen Las solicitantes llenaron más de un formato para tener más oportunidades de ser contratadas Foto: Notimex
Ampliar la imagen Las jóvenes, uno de los sectores que más se ven afectados por el desempleo. Imagen de archivo Foto: Marco Peláez
A Dolores Santa Cruz la abandonó su marido hace año y medio, con una hija de ocho años y sin saber que una segunda venía en camino: Aurora Daniela, que hoy roza los ocho meses. Y aunque supone que el padre debió haberse enterado, por vía de sus familiares, nunca más se ha vuelto a parar en casa y tampoco ella se atreve, aunque sea su derecho, a exigir una pensión para las niñas.
Para sostener su hogar debió buscar empleo, trabajó en una tienda de telas del Centro Histórico, pero las largas jornadas de hasta siete días por semana la llevaron a dejarlo para dedicarle tiempo a la niña.
Hace dos meses regresó a buscar empleo, pero nada se ajustaba a sus necesidades: medio tiempo y por la mañana.
Ayer, con la niña en brazos, salió de su domicilio en la colonia Esperanza, de la delegación Cuauhtémoc, al Zócalo capitalino, para intentar colocarse en alguna de las mil 800 plazas que poco más de medio centenar de empresas ofreció en la primera Feria del Empleo para Madres Jefas de Familia y Personas con Discapacidad, organizada por las secretarías del Trabajo y Fomento al Empleo (STyFE), Desarrollo Social (SDS) y el Instituto de las Mujeres (Inmujeres-DF).
Oferta que, con mucho, no cubrirá una demanda que en tan sólo seis horas llevó a más de 2 mil personas a llenar solicitudes de empleo en más de una opción. Y si el promedio de colocación en la ferias del empleo ha sido de alrededor de no más de 33 por ciento, según el titular de la STyFE, Benito Mirón Lince, de estas 2 mil solamente unas 600 lograrán colocarse en alguna plaza.
Mujeres, algunas de ellas con niños de brazos y otras con dos o tres de no más de 12 años el mayor, así como personas afectadas en su capacidad motriz por alguna enfermedad, como polio, en muletas o en silla de ruedas, en fila india como entraban los invidentes, tocándose el hombro, guiándose así de un módulo a otro, llegaron al Zócalo debiendo antes sortear los retenes y vallas del Estado Mayor Presidencial –que en cada acto de Felipe Calderón en Palacio Nacional toman el Zócalo y calles aledañas– obligando a los transeúntes a recorrer el doble o triple de la distancia habitual para llegar a su destino en el Centro Histórico.
Aunado a ello, no se previó instalar una guardería provisional para permitir a las madres con sus hijos de brazos moverse con mayor facilidad entre los estrechos pasillos, que ante la multitud de desempleadas caminando de un lado y otro, obstaculizaban también la circulación de las sillas de ruedas.
Allí, después de permanecer un rato formados tras la carpa esperando turno para entrar, trabaron amistad María de la Luz Murillo Mercado, quien se trasladó desde el municipio de Los Reyes La Paz, en el estado de México, y Roberto Barranco Moreno, de la colonia Veinte de Noviembre, en Venustiano Carranza. Ella en silla de ruedas y él con muletas, se acompañaban de un módulo a otro, él más decepcionado que ella, por no encontrar algo de acuerdo con su situación, sobre todo a sus 50 años y con sólo estudios de secundaria.
Antes trabajó como checador en una ruta de microbús, pero los choferes le “exigían más movilidad” y la directiva terminó por darle las gracias. Ella despachaba en una vinatería cerca de su domicilio, hasta que la cerraron por no tener documentación en regla.
También de la Venustiano Carranza, de la colonia Pensador Mexicano, llegó Leticia Ramírez, con su hijo en brazos, Braulio, de siete meses, y seis de estos intentando obtener un empleo que le garantice el seguro social para poder meter al niño en la guardería mientras ella trabaja.
Antes, estuvo atendiendo un negocio cerca de su domicilio, pero el dueño no la recontrató después de nacer su hijo.
De las mil 800 vacantes, sólo 166 era para mujeres con carrera profesional; la mayoría, 932 requería de carrera técnica y 72 para adultos mayores, en tanto que para personas con alguna discapacidad se ofrecieron 547 plazas.
Con sueldos de entre 3 mil a 6 mil 500 pesos mensuales el más alto, se llenaron solicitudes de ingenieras en sistemas, contadoras, cajeras, gestoras de cobranza, auxiliares contables, capturistas, operadoras telefónicas, programadoras, encuestadoras, recepcionistas, ejecutivas de ventas de productos financieros, vendedoras de piso, auxiliares de limpieza, e incluso había allí empresas de traslado de valores contratando mujeres para custodia, cajeras, vigilancia intramuro u operadoras de los vehículos blindados.
En el caso de las personas con discapacidad, se realizaron 500 evaluaciones de habilidad laboral para determinar el tipo de empleo que podrían desempeñar.