El Legislativo debe rechazar la iniciativa de Calderón
Académicos universitarios recomendaron al Legislativo que rechace la iniciativa de Calderón en el tema energético, y en su lugar procure la reforma de Pemex encauzada a la reactivación de una industria petrolera integrada al servicio de la nación y en cumplimiento cabal del espíritu de la Constitución.
Gregorio Vidal, jefe del área de investigación de economía política de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), plantel Iztapalapa, consideró que es imprescindible que el Congreso realice un nuevo diagnóstico sobre la situación de Pemex que permita efectivamente conocer el estado que guarda esta industria, lo que implica conocer todos los contratos, porque hay una privatización en los hechos, como es la participación de empresas extranjeras, como Halliburton y Schlumberger, en actividades aún reservadas al Estado.
Por ejemplo, Schlumberger tiene al menos 119 contratos con un valor de 2 mil 810 millones de pesos, mientras que Halliburton ha obtenido de la petrolera estatal 160 contratos, por un monto que alcanza ya 2 mil millones de dólares, lo cual equivale a una quinta parte de la inversión que Petróleos Mexicanos realizó en los últimos cinco años con recursos presupuestales.
Sin estrategia científica
Después de un recuento sobre las conclusiones de los foros sobre la reforma energética realizados recientemente en la UAM Iztapalapa, y cuyos resultados serán entregados al Senado, Vidal Bonifaz indicó que una de las carencias de la iniciativa de Felipe Calderón es la ausencia de una estrategia científica y tecnológica idónea para hacer frente a la inevitable transición energética hacia fuentes alternas y de materias primas para la industria química nacional, aun cuando se tenga petróleo.
La ausencia de la transición energética en las iniciativas del Ejecutivo es una grave omisión si se toma en cuenta que en México tenemos un conjunto de condiciones naturales que permiten diseñar diversas acciones para buscar fuentes alternativas, como solar, eólica, biomasa y la energía de las mareas, entre otras.
De aprobarse las iniciativas del Ejecutivo y las del PRI, las cuales son muy parecidas –dijo–, cancelarían el desarrollo científico y tecnológico, restringirían las oportunidades de empleo especializado y de alto nivel de los científicos mexicanos y desalentaría la formación e incorporación de nuevos cuadros capacitados.