Tumbando Caña
■ Tributo a Juan Araujo, leyenda del son veracubano
El pasado viernes 29 de agosto, la comunidad sonera de Veracruz, encabezada por los maestros Arturo Pitalúa Alvaré y Miguel Ángel Montoya, rindió homenaje al músico y compositor Juan Araujo. El festejo a este gran sonero veracruzano, que se llevó a cabo en la Plaza de Armas del puerto jarocho, tuvo como cartel a los Pregoneros del Recuerdo y el conjunto Son Como Son, que interpretaron buena parte de las composiciones del insigne maestro en medio de la algarabía de los allí presentes.
Juan Sabino Araujo Hoyos, quien está a punto de cumplir 85 años, es toda una institución de la música sonera en México. Reconocido instrumentista y fundador de gran número de agrupaciones, tiene en su haber artístico un historial imposible de destacar en este breve espacio. Baste decir que es uno de los iniciadores del movimiento sonero en el país y como guitarrista y cantante de la agrupación Matecoco fue el primer músico mexicano en realizar giras por el continente europeo y dar a conocer sus composiciones entre aquel público.
Más 200 composiciones integran su repertorio
Temas como Mi lucero, popularizado por Óscar Chávez; Madonna, inspirado en el cuadro de la Monalisa; Así es Veracruz, dedicado al cuatro veces heroico puerto jarocho, y Carambambam, infaltable en todos los bailongos del puerto, son apenas una muestra de las más de 200 canciones escritas por este distinguido maestro.
Don Juan comenzó en la música, como muchos en el puerto, dando serenatas y amenizando fiestas privadas. Cuenta que aprendió a tocar guitarra gracias a las enseñanzas de un peluquero vecino suyo. En el momento de su desarrollo musical el ambiente en Veracruz estaba animado por los éxitos de las canciones criollas de Agustín Lara en la voz de Toña La Negra, así como los sones y boleros que interpretaba el Trío Caribe, éso le marcó la ruta aseguir.
Amplia experiencia trovadoresca
Triunfador del concurso de aficionados Crisol de Estrellas, que promovía la radiodifusora XEU, se integró al Trío Sotarrivas, con el que afianzó su experiencia trovadoresca y proyectó sus primeras composiciones. Acto seguido pasó a formar parte de agrupaciones pioneras del género sonero, como El Conjunto Caribe, El Son Siboney, el Son Veracruz y las orquestas Nuevo Ritmo y Villa del Mar. Lista de participaciones que se amplió al llegar a la capital del país y colaborar con los conjuntos de Pablo Roa, Manolo Ramos, Eduardo Piquet y Bembé de Chocolate, con el que realizó su primera gira por territorio nacional.
Posteriormente formó parte de las orquestas de Chucho Hernández y Fayo Cabrera hasta integrar la agrupación Matecoco, con la que viajó a Europa, donde realizó una serie de presentaciones, lo cual se convirtió en una gira que se prolongó seis años.
Teniendo como base de actividades la capital francesa, París, Juan Araujo y los Matecoco se presentaron en las principales ciudades del viejo continente, para luego desplazarse al medio oriente y África del norte. El músico y su grupo tuvieron la fortuna de tocar para el rey Hazán II de Marruecos, quien los invitó personalmente para amenizar su boda.
Tras la aventura europea, el maestro Araujo regresó a su querido puerto, de donde ya no se ha movido. Actualmente trabaja en los distintos bares y centros de rumba con su actual agrupación Son Como Son.
El homenaje que amigos y admiradores le brindaron el pasado viernes obedece, según apreciamos, al propósito, por sobre las instancias oficiales, de no olvidar a quienes han hecho historia en la música popular mexicana y, en particular, en el son cubano hecho en México.
Venga, pues, el reconocimiento a los organizadores y el agradecimiento al gran maestro Juan Araujo, quien sigue regando sabrosura y deleitándonos con su charla y consejos. Felices 85, y ¡que siga la rumba!