■ Prevaleció una posición razonable y realista: Dimitri Medvediev
Alivio en Rusia por decisión de la UE de no imponerle sanciones
Moscú, 2 de septiembre. El Kremlin recibió con alivio la decisión de la Unión Europea (UE) de no imponer sanciones a de Rusia y, a pesar de las duras críticas que contiene la declaración emitida ayer en Bruselas, hasta encontró en ese documento, según el presidente Dimitri Medvediev, signos de una “posición razonable y realista”.
En entrevista con el canal de televisión Euronews, Medvediev celebró que en la UE, “no obstante la cierta división entre sus miembros, haya prevalecido una posición razonable y realista frente a los que promovían aplicar no sé qué sanciones, castigos”.
En su opinión, que no haya sucedido esto responde a “los intereses de Europa y, en primer término, de la UE”. Para Medvediev, sin embargo, “es lamentable, pero no fatal, pues todo cambia en este mundo”, que en Europa “no exista una comprensión cabal de los motivos que sopesó Rusia al decidir rechazar la agresión de Georgia y al reconocer la independencia de Osetia del Sur y Abjazia”.
La cancillería rusa, en una declaración consagrada a la cumbre de la UE, también subrayó que su principal resultado es que los países que querían imponer sanciones a Rusia “se quedaron en minoría, al tiempo que la mayoría de los miembros de la UE, con gran sentido de la responsabilidad, ratificaron su respaldo a la política de asociación con Rusia, conscientes del significado provechoso de nuestra cooperación”.
En contraste, para el mandatario francés Nicolas Sarkozy, quien también ostenta la presidencia de turno de la UE, “Europa habló con una sola voz”, frase que pretende zanjar el debate de la división en el seno de los 27.
Lo cierto es que la crisis del Cáucaso entró en una nueva fase –la de las batallas diplomáticas–, en la cual cada una de las partes involucradas hace la lectura de los hechos que más le conviene.
Por eso, aquí no preocupó mucho que la UE haya resuelto condicionar el comienzo de las negociaciones de un nuevo Acuerdo de Cooperación y Asociación a que Rusia retire por completo sus soldados de Georgia.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia afirma que no es la primera vez, en los últimos dos años, que “se utiliza un pretexto artificial para aplazar la conclusión de este documento”.
Rusia admite estar interesada en firmar ese acuerdo, que sentará las bases para profundizar los intercambios comerciales y los suministros energéticos, pero asevera que no en mayor medida que la Unión Europea.
“Nuestra cooperación es de beneficio recíproco, y el beneficio recíproco es tan grande que sería una insensatez poner todo esto en entredicho. Consideramos que la totalidad de nuestra asociación con la UE no debe ser rehén de las discrepancias en asuntos aislados”, sostiene la cancillería rusa.
Para intentar buscar una solución a la principal discrepancia en este momento –la presencia de tropas rusas en territorio de Georgia, que Rusia denomina parte del “contingente de pacificación” en la llamada “franja de contención” adicional, mientras insiste que ya replegó a todos los efectivos de su ejército regular–, vendrán a Moscú el lunes de la semana entrante Nicolas Sarkozy, como presidente de la UE, José Manuel Durao Barroso, presidente de la Comisión Europea, y Javier Solana, alto representante de la Unión.
Para Rusia, retirar esos soldados es negociable; revocar su reconocimiento de la independencia de Osetia del Sur y Abjazia, no.
Y, por tanto, hay elementos para suponer que antes de que lleguen los emisarios europeos, Rusia habrá firmado con las repúblicas separatistas de Georgia el primer paquete de documentos intergubernamentales, entre ellos los que permitirán –en una primera etapa en Osetia del Sur– instalar bases militares rusas.