Usted está aquí: martes 2 de septiembre de 2008 Cultura Nueva energía, ahora no para la opresión, anida en el Centro de las Artes de SLP

■ Es la primera obra de infraestructura cultural inaugurada por las efemérides de 2010

Nueva energía, ahora no para la opresión, anida en el Centro de las Artes de SLP

■ Crujías y patios que fueron testigos del dolor, hoy son rehabilitados para la libertad

■ Una exposición de Toledo marcará el comienzo de las actividades del recinto en la capital potosina

Ana Mónica Rodríguez (Enviada)

Ampliar la imagen Fachada del naciente Centro de las Artes de San Luis Potosí, edificio que antes albergó a la penitenciaría del estado Fachada del naciente Centro de las Artes de San Luis Potosí, edificio que antes albergó a la penitenciaría del estado Foto: Ana Mónica Rodríguez

San Luis Potosí, SLP. Lo que se percibe es un fuerte olor a pintura fresca, yeso, madera recién tallada. Pero detrás de ese silencio actual, está el horror: las crujías y los patios de este lugar fueron testigos de la tragedia, la maldad, la muerte y las historias terribles de miles de presos durante casi un siglo.

Desde la noche del miércoles una energía distinta anida en lo que fue una penitenciaría. El inmueble construido en el siglo XIX como cárcel ahora ha sido rehabilitado para la libertad y convertido en el Centro de las Artes de San Luis Potosí (Ceart), tan monumental como emblemático.

Cuatro años de trabajo, 10 compañías constructoras, 270 millones de pesos, 40 mil 117 metros cuadrados, para echar a andar un proyecto, que como informó La Jornada en su oportunidad, fue inaugurado por Felipe Calderón.

Ahora, las crujías, los pasillos y las estancias, hoy son cubículos, áreas de convivencia, talleres, pero carecen todavía de herramientas, materiales didácticos y lo necesario para funcionar. El contraste, empero, es absoluto. Ya solamente queda en fotografías de archivo, en la memoria y el imaginario colectivos, el cúmulo de símbolos que ocuparon estas celdas: la sangre, las rayas hendidas sobre la piel del muro para marcar el paso de los días, los grafitis sobre las piedras de cantera. Lo único que se decidió conservar para mostrarse es la crujía donde estuvo preso Francisco I. Madero.

Así quedó el Ceart de San Luis Potosí: una plaza de acceso, ocho crujías que convergen a un patio octagonal donde está la torre del panóptico y anexos como el área de comedores.

El lugar se puede recorrer a través de sus ahora verdísimos jardines y se solaza uno en los espejos de agua que incitan al visitante a la tranquilidad.

Habrá residencias artísticas

Entre los pendientes se proyecta adaptar un lugar para las residencias artísticas, las cuales estarán ubicadas en lo que eran los anexos femeniles, lugar en el que, nos explica Alejandro Sánchez, artífice del diseño arquitectónico, era el espacio en que se sentía mayor opresión cuando se inició la transformación de la ex penitenciaría. Además, está pendiente adecuar un teatro polivalente, que tendrá cupo para 500 personas.

Alejandro Sánchez va al detalle: “las crujías estaban divididas por patios, los cuales eran lugares de castigo y lucían cerrados en su totalidad; lo que se hizo fue abrirlos para relacionar el espacio interior con el exterior y ofrecer vistas y paisajes visuales que abarcan desde la explanada de acceso del complejo –afuera de la muralla– hasta los patios que diseñamos de manera milimétrica”.

En torno al majestuoso inmueble ahora alumbrado con luces de diversos colores, el arquitecto Sánchez indica que lo más impactante cuando se iniciaron los trabajos “era la vibra fuertísima que se sentía al interior del edificio, y resultaba impresionante entrar a las celdas y a diversos espacios cerrados”.

Lo que fue el anexo de mujeres, que se encuentra junto al patio de acceso y que ahora será el hotel-residencia “fue el lugar donde se sentía más tenso el ambiente”.

El Ceart es la primera obra de infraestructura cultural que se inauguró en el contexto de las conmemoraciones del bicentenario del inicio de la Independencia y del centenario de la gesta revolucionaria.

En la apertura oficial, el Ceart lució su nueva magnificencia, adornando con luces multicolores su infraestructura histórica. Será hasta el 22 de septiembre cuando se inicien las actividades normales.

Una exposición con obra del maestro y promotor cultural Francisco Toledo será la primera actividad del otrora monumento al horror.

 
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