■ Las Águilas no ganan desde hace seis duelos y son sotaneras del “grupo de la muerte”

La crisis del América, sin solución; nuevo descalabro en el Azteca

■ A los yerros defensivos se sumaron sus carencias ofensivas

■ Blas Pérez abrió el marcador y Lucas Lobos hizo un doblete para sentenciar el encuentro

■ Pocho Insúa anotó el del honor

Agencias

Hasta el sótano del grupo dos se fue el América y a la decimocuarta posición de la tabla general, tras sumar su sexto partido consecutivo sin victoria y segunda derrota al hilo en el estadio Azteca, donde cayó 1-3 ante Tigres, en la fecha siete del torneo Apertura 2008.

Con la derrota y un balance de tres caídas, tres empates y una victoria; es decir, seis puntos de 21 disputados, los de Coapa quedaron en el último lugar del llamado “grupo de la muerte” y la era de Ramón Díaz entró en innegable crisis; mientras Tigres es sublíder en el tercer sector.

Urgido de puntos, el cuadro azulcrema no escatimó en esfuerzo y salió a buscar el resultado desde el inicio, aprovechando además que los felinos regalaron la iniciativa, fieles al estilo de Manuel Lapuente. Sin embargo, América no pudo concretar porque a las ya conocidas deficiencias en la zaga se sumaron las dificultades para resolver en el ataque: tuvo el balón, pero no pudo concretar el gol.

Después de algunos intentos malogrados del equipo local, Tigres aprovechó un grave error de Ismael Rodríguez para terminar con el cero en la pizarra, al minuto 26, gracias a la anotación del panameño Blas Pérez.

Los yerros ofensivos continuaron y una muestra clara se dio al minuto 38, en un centro que el argentino Federico Insúa sirvió por la izquierda a su compatriota Alfredo Moreno, quien, de manera increíble, no atinó a rematar de frente y sin portero, para dejar escapar el empate. La jugada tuvo consecuencias, porque al minuto 50, los de Nuevo León aumentaron su ventaja con un tanto del también argentino Lucas Lobos.

El ex jugador del Cádiz, de España, recibió un balón de Jonathan de León en el pico del área por el sector de la derecha, y sin pensarlo dos veces sacó un disparo potente, cruzado, imposible para el vuelo de Guillermo Ochoa.

Poco después, al 54, con un tiro lejano, el argentino Federico Insúa logró descontar y salvar al menos el honor de los suyos (1-2), ya que no existían posibilidades de revertir el marcador y Tigres resolvió aprovechando otra vez la mala marca de la zaga azulcrema. De nueva cuenta fue Lobos quien tomó ventaja de los errores defensivos del rival y, dentro del área, definió sin problemas para sentenciar el 1-3 definitivo.

Sin orden, los dirigidos por Ramón Pelado Díaz intentaron sacar el orgullo y hacer más decoroso el marcador, pero no tuvieron éxito ni pudieron librarse de la rechifla de sus aficionados.

“Me parece que faltó más determinación, mucho más agresividad, eso no lo estamos dando”, admitió Díaz al concluir el duelo y prometió una nueva restructuración en Coapa, aprovechando la pausa en el futbol mexicano.

“En estas semanas vamos a replantear todo lo que está pasando, hablaremos con Bauer y con los jugadores, porque me parece que no es manera de perder un partido, la gente tiene que entender que se debe tener hambre de querer ganar”, dijo.

Por su parte, Manuel Lapuente celebró que sus pupilos tuvieron “un partido redondo, salió bien y fue un buen triunfo. La diferencia estuvo en la constancia de los jugadores y en el deseo de progresar, el deseo de ser los mejores”.